Se habló toda la semana. Se habló muchísimo. Se esperó más. Hoy, después de muchísimos años, Diego Armando Maradona volvió al campo de juego.

La Bombonera estaba muy tranquila esperando la salida de los jugadores hasta que el más grande de todos apareció en el campo de juego.

Nadie lo vio venir. Nadie. Salió con los brazos bien abiertos, como un D10S, como lo es. Piel de gallina. Perdón, piel distinta.

Saltaron todos al grito de “el que no salta es un inglés”, se emocionaron todos. Pero lo más fuerte se vivió en el segundo que pisó el campo de juego cuando el “Maradó, Maradó” invadió todo.

Fuertísimo. Todos emocionados, él viviendo algo distinto. Porque esto transmite Diego, porque esto sentimos los que lo amamos.

¡Ojalá seas feliz eternamente, Diego!