“No lo descarto”. Con esas tres palabras, Sebastian Coe, presidente de World Athletics (WA), ente que maneja el atletismo a nivel global, asumió públicamente su deseo de convertirse en la máxima autoridad de Comité Olímpico Internacional (COI).

En una entrevista con The New York Times, el ex atleta de 66 años no descartó presentarse como candidato a convertirse en el primer presidente británico del COI. Las declaraciones de Coe surgen dos años del mandato de Thomas Bach, pautadas para 2025.

Coe, campeón olímpico de los 1500 metros en Moscú 1980 y Los Ángeles 1984, luego de retirarse del atletismo inició su carrera política que lo llevó a ser elegido diputado conservador en la Cámara de los Comunes, entre 1992 y 1997, y a Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Y siete años después se puso el traje de presidente de WA, la federación internacional de atletismo en la que inició un cambio sustancial para darle a su deporte una inyección que combinó marketing y deporte en un combo profundamente renovador.

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Para Coe, sin ensayar una crítica hacia Bach con quien mantiene un vínculo cordial, el deporte debería tener mayor influencia en las “políticas sobre salud y educación” de los países. “Cuando estaba pensando en optar a ser el presidente de WA, David Cameron me ofreció la presidencia de la BBC. Tuve una cena con William Hague (importante político británico conservador) en la que me dijo que se opondría porque para él la BBC no me necesitaba como sí lo precisaba mi deporte”, dijo Coe al medio estadounidense. Y agregó: “Quizás a la gente le cueste creerlo, pero yo no soy una persona que me sentaría como presidente durante veinte años. Me gusta apostar y sumar para que el deporte no detenga su crecimiento”.

Si bien el poder de Bach no está en discusión, mandato del alemán como titular del organismo olímpico, vence en 2025. Tras cumplir en el cargo un primer periodo de ocho años y un segundo de cuatro, lo máximo que autoriza la Carta Olímpica, Bach sabe que debe formar a su sucesor. Y Coe podría ser un heredero ideal para mantener vigente su trabajo.