El jurado decidió que los hinchas de Liverpool no contribuyeron a la masacre ocurrida en Sheffield en 1989, por la semifinal de la Copa Inglesa ante Nottingham Forest.

Es una tragedia que no sólo se cobró la vida de 96 personas, además, sirvió como punta de lanza para que el gobierno conservador de Margaret Thatcher ponga en práctica una serie de medidas que terminaron por excluir casi totalmente a las clases bajas de los estadios.

Las familias culparon a la policía y a otras organizaciones.

Se señaló a los violentos, a los hooligans, y el alcance del caso sirvió para torcer la opinión pública y aprobar una batería de medidas que estableció los asientos como única posibilidad de ver el espectáculo, encareciendo precios y obligando a la gente con menos recursos a verlo por TV.

Hoy, cuando ya todo esto no tiene vuelta atrás, se comprobó que la responsabilidad mayor de aquél lamentable episodio no fue de los hooligans ni de hinchas violentos, sino de errores de la policía y la organización.

¿Qué pasó en Hillsbrough?

Era 1989 cuando Liverpool y Nottingham Forest se medían por la semifinal de la Copa de Inglaterra, en el estadio Hillsborough, en Sheffield. El partido apenas pudo comenzar, ya que una avalancha en una de las tribunas detrás de uno de los arcos provocó la muerte masiva por asfixia.

El partido se jugaba en estadio neutral a 2hs de Liverpool. Los simpatizantes Red podían acceder al estadio solamente por una puerta y, entre otras razones, una serie de obras demoraron la llegada de la gran masa.

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Momentos antes del partido se formó un cuello de botella en la entrada. La policía decidió abrir puertas que no estaban preestablecidas, para aliviar la presión (se escuchaba que el partido estaba por comenzar), pero la avalancha de gente llegó hasta la tribuna y acabó aplastando a cientos de personas contra las verjas que la separaban del terreno de juego.

Enseguida se culpó a los hinchas; lo que siguió con una conspiración (aún no comprobada por la justicia) que incluyó testimonios falsos, pruebas ocultadas e informes tachados, junto a un gran operativo de prensa. El estado estuvo detrás en todo momento, y hoy se dio el primer paso para comprobarlo.

Y fue gracias a la lucha de los familiares, quiénes sabían que sus hijos, padres, hermanos y amigos fallecidos; merecían tener, al menos, el nombre limpio. El “You’ll never walk alone” (“Nunca caminarás solo”), desde entonces tuvo otro significado, y se cumplió a rajatabla.

El veredicto

El jurado determinó que las víctimas fueron “ilegalmente asesinadas” y exculpó a los hinchas. Los puntos más importantes del veredicto, además, fueron:

  • Errores de planificación o contribuyeron a la situación.
  • Oficiales fallaron en instrucciones específicas de cómo los públicos debían ser manejado. (Entre otras fallas que les atribuyen, como la apertura de las puertas).
  • La respuesta en los accesos fue lenta e ineficiente.
  • La infraestructura del estadio contribuyó a la tragedia.
  • Las autoridades del club debieron pedir la demora del comienzo del juego.

Las conclusiones del jurado no desembocarán en condenas o sanciones, apuntan simplemente a los responsables. Pero nada prohíbe la apertura de un eventual proceso penal si las conclusiones revelan que las muertes fueron causadas por negligencias, como es el caso.

Es la primera batalla que ganaron los familiares, quienes hoy, más que nunca, sienten que no caminan solos.