Lionel Messi ya lo había detectado incluso antes de la lesión de Suárez. Si Barcelona aspiraba a ganar la Champions League, debía reforzarse con futbolistas de élite. Algo que, más allá de todo lo que promete Frenkie De Jong, no terminó de suceder.
El argentino insistió tras la lesión del uruguayo y no quedó nada conforme con cómo se movieron desde la directiva para conseguirle un reemplazo. Actualmente, se lo ve sufrir los partidos en el campo, y hay quienes empiezan a sentir que por primera vez está muy incómodo en el club que siempre fue como su casa.
Esta sensación no es ajena a los directivos del Barcelona, que ya encendieron la señal de alarma sabiendo que hay una cláusula en el contrato de La Pulga que le permitiría rescindir su contrato cada vez que finaliza una temporada.
Para retenerlo, entonces, se han decidido a volver a insistir para sacar del PSG a Neymar, un futbolista por el que Messi ha pedido prácticamente desde que se marchó.
De la contratación o no del brasileño dependerá lo que el club culé pueda hacer durante el resto del mercado de fichajes. Es que los 170 millones de euros que habría que pagar por él condicionaría otras compras que evaluaba hacer la secretaría técnica.
En Barcelona no quieren retrasar el inicio de las negociaciones y podrían entrar en acción desde la próxima semana, esperando que Borussia Dortmund deje al PSG fuera de competencia en Champions y aumente así los deseos de Ney de salir, tanto como los de la directiva de desprenderse de él.