Antoine Griezmann era Dios en Atlético Madrid. Por lejos, el más querido de todo el plantel por la afición. Sólo se encontraba debajo de Diego Simeone, uno de los máximos ídolos de la institución Colchonera.

En 2018, el crack fue campeón del mundo con la Selección de Francia. Para muchos, en ese instante, fue seleccionado moralmente como el mejor delantero del mundo. Un verdadero animal.

Con todo ese curriculum, Griezmann decidió dejar atrás al Atlético y pasó al Barcelona, uno de los equipos más populares del mundo. Claro, cuando llegó, en el vestuario se encontró con figuras como Lionel Messi, Luis Suárez, Gerard Piqué y muchísimos más.

Según comentó el diario Sport, el campeón del mundo tuvo que tomar una actitud muy tranquila para no “golpear” al vestuario. Dejó de ser líder para pasar a ser uno más.

Los franceses del equipo con Dembelé a la cabeza lo trataron espectacular. Luis Suárez lo fue conociniendo y hasta Leo lo ayudó a incorporarse.

Hoy, pese a algunos rumores primarios que hablaban de una mala relación, todo eso quedó en el pasado y Griezmann ya es uno más del plantel.

Ahora sí puede mostrar todo lo que sabe…