Si dicen que sobre gustos no hay nada escrito, por qué debería haberlo a la hora de elegir a los ídolos.

Evidentemente, así lo siente un aficionado del Barcelona que, en el duelo ante Sevilla, no le dedicó su cartel ni a Messi, ni a Busquets. Ni a Griezmann, ni a Ter-Stegen.

“Sergi, me haces más feliz que mi novia”, rezaba la improvisada pancarta dedicada a Sergi Roberto, el polifuncional jugador culé que ante Betis se desempeñó como mediocampista por derecha.

Consumada la victoria de Barcelona por 3-2, el futbolista tomó nota de aquel fanático que le gritaba desde la grada y decidió tener un gesto con él.

Sin dudarlo, Sergi Roberto se sacó su camiseta y la arrojó a manos de un agente de seguridad, quien sería el encargado de dar al aficionado su trofeo.

Claro que también pudo tratarse de una estrategia para asegurar una camiseta, ya que mucho más dificil hubiera sido con Leo Messi.