Cuando el reloj marcaba 55 minutos, a Zlatan Ibrahimovic le llegó la hora de volver a saltar al terreno de juego defendiendo la camiseta número 21 del Milan y hacer así su debut en la presente temporada de la Serie A.

El gigante sueco ingresó en reemplazo de Piatek, haciendo saltar al público de sus asientos después de casi una hora de juego en la que no había sucedido mucho para destacar entre el Rossonero y la Sampdoria.

Apenas entró Zlatan, sin embargo, fue la visita la que tuvo dos oportunidades inmejorables de abrir el marcador, pero fue allí que se hizo gigante la figura de Donnarumma como salvador de los dirigidos por Pioli.

Hasta que Ibrahimovic tuvo su gran oportunidad, a los 60 minutos, después que Suso le pinchara un balón desde la derecha, dejando desorientado al portero Audero.

El gigante sueco lo midió, le ganó en el salto a su marcador, pero terminó pifiando su cabezazo, que salió bombeado y suave, permitiendo que un defensor sacara sobre la línea.

En la primera, el sueco falló. Aunque personalidad le sobra para que un error no le cambie el ánimo ganador.