La Conmebol y la UEFA si bien han manifestado tener una gran relación, la cual los llevó a reflotar y a organizar nuevas competiciones (como la Copa Artemio Franchi de selecciones y el partido Desafío de Clubes entre el campeón de la Europa League y el de la Copa Sudamericana), trabajan separadamente en sus candidaturas para la Copa del Mundo de la FIFA del 2030.
Por un lado; Argentina, Uruguay, Paraguay y Chile; y por el otro; España, Portugal y Marruecos, aunque pueden surgir otras alternativas como la que se rumorea que estaría preparando Arabia Saudita e incluso también China. No obstante, la de Sudamérica y la de Europa parecen ser, hasta entonces, las más sólidas desde la planificación de las entidades.
Al respecto del ofrecimiento de Conmebol, surgió internamente una idea para eludir, llegado el caso de ser elegidos como anfitriones para la Copa del Mundo del 2030 (la FIFA dará a conocer su decisión entre el tercer y cuarto trimestre del 2024), inconvenientes en el traslado tanto de los planteles de los participantes como de los aficionados.
Se trata de plantearle a la FIFA disputar el certamen global, así como sucedió en Qatar 2022, entre noviembre y diciembre, para soslayar las bajas temperaturas que azotan a la región en los meses de junio y julio, época en la que en ese sector del continente americano es invierno y ya más cerca de fin de año es primavera/verano.
Durante tal estación se generan comúnmente demoras por condiciones climatológicas (como por ejemplo neblinas) en los vuelos de cabotaje y en este caso también internacionales, por lo que ven viable proponerlo si reciben el visto bueno para organizar el evento que homenajeará los 100 años del primer campeonato disputado en 1930 en Uruguay.