Si hay una saga en el mundo, capaz de mover masas y generar muchas pasiones, esa es la del ‘Señor de los Anillos’, genialmente creada por Tolkien. La Tierra Media aún tiene muchos secretos por descubrir y fue en este punto donde Daedalic Entertainment y Nacon se aventuraron para abarcar, quizá, una de las historias más icónicas e intrigantes de este enorme mundo sometido bajo la pequeña sombra, pero enorme poder del Anillo Único. Bajo esta ambición nació ‘El Señor de los Anillos: Gollum’. En Bolavip Gamer pudimos probarlo, pero lo que viene a continuación no es nada alentador.
1. Jugabilidad
Luego de tantos retrasos, pudimos tomar el control de ‘El Señor de los Anillos: Gollum’ y nuestra prolongada preocupación tuvo total justificación. Incluso desde antes de que fuera publicado, los avances del juego no auguraban nada bueno y al momento de probarlo fue evidente la razón por la que este juego se demoró tanto en ver la luz.
En primer lugar, hay que dejar claro que este juego es de una mecánica narrativa. Aquí la mayor motivación para jugarlo tiene que ver con la historia del personaje principal, pero este ha sido completamente desperdiciado por un ‘gameplay’ que en ocasiones se torna aburrido. El sigilo es obsoleto, los puzzles no son nada retadores y la IA es todo, menos intrigante o aterradora. Este último elemento fue el que quizá nos decepcionó más, sobre todo teniendo en cuenta que Seméagol/Gollum debe escapar de Barad-dûr, la Torre Oscura. Por supuesto, todo esto está infestado de orcos, esos asquerosos personajes que fueron muy bien recreados en las películas de Peter Jackson.
Por otra parte, está la mecánica dialéctica que nos pone de frente con el trastorno de identidad disociativo del personaje. Debemos tomar decisiones de acuerdo al momento. Si el que debe actuar es Sméagol o Gollum. La cuestión es que las opciones a elegir y los argumentos para convencer a la otra parte son simples, sencillos y no repercuten en nada para el desarrollo de la historia.
2. Gráficas y trabajo de arte
El mayor reto que asumió Daedalic Entertainment con este juego fue recrear, nuevamente, los icónicos personajes de la saga del ‘Señor de los Anillos’. En este aspecto nos quedan grandes dudas con lo que se presentó finalmente. A nivel de arte, se nota que hubo mucho esmero para darle vida a Gollum, Gandalf, los elfos, los orcos, Boca de Sauron y todo el resto de creaturas que pasan por el horizonte del videojuego.
La cuestión es que todo esto, a nuestro parecer, se pierde absolutamente con las gráficas y las animaciones. Las texturas convierten este título en algo muy plano, muy lejos de estar a la altura del potencial que ofrecen las consolas de nueva generación. Aquí es donde todo el nuevo arte de esta historia se echa a perder.
3. Historia
Este, quizá, puede ser el único punto que salva a ‘El Señor de los Anillos: Gollum’. En jugabilidad y gráficamente ha sido un mal sabor de boca. Sin embargo, para quienes amamos la narrativa y el argumento de Tolkien, sabemos que este punto nunca nos defraudará. Esta es una aventura que transcurre entre las historias de ‘El Hobbit’ y ‘La Comunidad del Anillo’. Bajo la guía de Gandalf, el juego nos permite entender que es lo que ocurre con Sméagol, otrora hobbit de la rama de los Fuertes.
Poseído por el poder y el encanto del Anillo Único, la trama comienza en el momento en el que pierde esta poderosa pieza y comienza un largo camino en búsqueda y reencuentro de este. Sin embargo, debemos lidiar con su parte oscura, maléfica, el esclavo del Señor Oscuro: Gollum.
Aquí, sin mucho efecto del juego, volvemos a caer encantados bajo el hechizo argumental de Tolkien. Todo amante de la saga sabrá apreciar la narrativa del escritor y poeta británico, nacido en Sudáfrica.
4. Conclusiones
- La jugabilidad de ‘El Señor de los Anillos: Gollum’ es obsoleto, nada retador y bajo control puede tornarse aburrido y repetitivo.
- Buen trabajo de arte, pero que se pierde absolutamente con la puesta en escena y los gráficos. No corresponde a un juego para consolas de última generación
- El salvavidas de este título es la historia. Otro punto más para la narrativa de Tolkien.