Actual número 1 del mundo, la polaca Iga Swiatek acumula victorias consecutivas (30 y sumando) que la imponen con suficiencia sobre sus rivales. Desde su llegada a lo más alto del ránking femenino suma 13 victorias en fila (la racha más larga desde la que consiguió Serena Williams en 2015). Gana con contundencia, casi desde que sale a la cancha. La solidez es su carta de presentación. Y ella, de perfil bajo y sencillo aunque histriónica y divertida, en una conferencia de prensa de Roland Garros explicó detalles sobre la historia que la llevaron a mirar a Rafal Nadal casi con fruición, con deleite y admiración. En suma, el mallorquín ofició de inspiración para la jugadora de 20 años (31 de mayo de 2001: el lunes cumplirá los 21) y 1,76 metros de estatura. “Ganar todos estos partidos me da mucha confianza, pero esto también podría meterme mucha presión si no ajusto bien las cosas. Mi sensación es que estoy usando mi nueva posición de número 1 para meter más presión a mis rivales. Estoy muy contenta de que pueda hacerlo así y que esto me sea de ayuda. Siento que mi confianza es mayor”, dijo. Y añadió: “Cuando era una niña, tiraba mi raqueta. Desafortunadamente, Rafa no me influyó para esto, pero pude pararlo. Dejé de hacerlo cuando cumplí los 15 años, cuando podía reflexionar más y no jugar solo con mis emociones”. Para ella, Nadal “ha sido de una gran inspiración para mí -sostuvo-. No es que fuese apuntando en una agenda cómo jugaba e intentara hacer lo mismo, porque, en primer lugar, él es un hombre. Para nosotras, es muy difícil jugar como ellos, porque tienen más fuerza. Pero siempre quise pegarle con topspin como él, así que, en ese sentido, me ha influenciado mucho”.
Hoy, la mejor jugadora del mundo aspira a cumplir un viejo anhelo: jugar con Nadal un doble mixto. “¡Me encantaría! Sería una experiencia genial. Pero, ¿cuánto hace que no juega el mixto? (…) Prefiero que se centre solo en el individual”, explicó.
Su rally de partidos (30 y contado), también lleva de la mano los 44 de los últimos 45 sets ganados. Es decir, casi el 100% de sus partidos son ganados en sets corridos. Algo que implica consistencia y menor desgaste. “Empecé a ser más agresiva y ser más proactiva en pista. En eso, mi entrenador me ha ayudado mucho. El trabajo que venimos haciendo, incluso la temporada pasada, hizo click de alguna forma. El año pasado gané mucha experiencia y pude ir hacia adelante. También he trabajado mucho el aspecto físico y el mental con mi psicólogo”, afirmó. Y cerró: “Ya día perderé un partido, y eso es completamente normal. Ya he perdido muchos partidos antes. Lo que estoy haciendo ahora es extraordinario, pero en el tenis solo gana una persona. Si pierdo, no será divertido, pero no será diferente a otras derrotas que he tenido en el pasado”.