Con un 2-1 en el tiempo extra, Chelsea se consagró campeón del Mundial de Clubes al vencer a Palmeiras en la final disputada en el Estadio Mohammed Bin Zayed de Abu Dabi, en Emiratos Árabes Unido. El ganador de la Champions League trabajó ante el de la Libertadores y sumó un nuevo título.

Un cabezazo de Romelu Lukaku adelantó a los de Thomas Tuchel a los 10 minutos del complemento, en un duelo que venía de lo más parejo. Sólo 9 minutos más tarde de la apertura del marcador, Raphael Veiga igualó el trámite a través de un penal.

El empate se mantuvo hasta el final de los 90 minutos reglamentarios y la definición se trasladó hacia el tiempo extra. Fue también desde los 12 pasos la forma en la que Chelsea convirtió el gol del título. Kai Havertz se encargó de la ejecución, pero César Azpilicueta tuvo un rol clave.

El defensor español confesó luego a BBC la táctica que utilizó para liberar de presión al alemán en los instantes previos al penal decisivo: "Sabía que venían por el lanzador de penales, así que tomé la pelota. Fue una táctica porque sabía cómo son".

"Kai sabía que iba a disparar, así que fue para liberar la presión de él. Fue un momento decisivo y Kai es uno de los mejores lanzadores de penaltis. Esperé y escuché todo lo que me dijeron sus jugadores y creo que funcionó, que es lo más importante", explicó Azpilicueta tras haber levantado el trofeo.