La situación en la ciudad de Liverpool es compleja, Everton, pasa un momento delicado, sumergido en la zona de descenso y sin salidas o respuestas en este momento delicado, los barras comenzaron a presionar y amenazar.
Antes del partido con Southampton, el club publicó en su cuenta oficial de Twitter un anuncio oficial en el que comentaban a los aficionados, “que la junta directiva no acudiría a Goodison Park por seguridad”.
Los motivos que el mismo comunicado especificaba, eran una “amenaza real y creíble para su seguridad”. Concretamente, esa amenaza de la que habla el club va dirigida para el presidente Bill Kenwright, la directora ejecutiva Denise Barrett-Baxendale, el director financiero y de estrategia Grant Ingles y el director no ejecutivo Graeme Sharp.
El clima en Everton es tenso hace varias semanas, pero las acciones de los aficionados están comenzado a pasar límites, increpando a los dirigentes, y también futbolistas, tras el juego, al que no asistió la directiva, varios jugadores fueron increpados.
Yerry Mina, que no pasa un buen momento con el Everton, fue uno de los que decidió encarar a los aficionados. En medio de los gritos, el colombiano bajó y prometió dejar todo en la cancha, “Yo voy a dejar mi vida por este club”, les diejo.
Todo terminó en un aplauso, ante la respuesta positiva de Mina, pero la situación está tan caldeada, que la Policía no dio abasto en ese momento, y solo el buen accionar de Mina evitó que esa caldera explote por la tensión vivida tras una nueva derrota en Premier League.