La llave está abierta. El empate entre el Real Madrid y el Manchester City 1 a 1 estiró el suspenso hasta el miércoles 17 de mayo (fecha en la que se disputará el juego de vuelta de la Semifinal de la UEFA Champions League en el Etihad Stadium), aunque, por como fue el trámite de la cita en el Santiago Bernabéu, da la sensación que la paridad le calzó mejor a los comandados por Pep Guardiola.
En primer lugar, el elenco británico puede destacar haber salido ileso de un recinto en el que, por lo general, los visitantes salen heridos (la última caída del Merengue en su casa por la Champions fue en los Cuartos de Final de la edición inmediatamente pasada ante el Chelsea por 3 a 2, fase que, de igual modo, superó y le sirvió para encaminarse rumbo a la 14).
Además, con el 1 a 1 frente al Real Madrid (tantos de Vinícius Júnior y Kevin De Bruyne) el Manchester City aumentó la cantidad de partidos sin derrotas. Ya son 21 compromisos invicto (desde el 1 a 0 en contra con el Tottenham Hotspur por la Premier League del cinco de febrero en adelante no perdió más) en los que marcó 63 goles y recibió apenas 13.
En cierto punto, lo que se puede subrayar como un declive en el nivel que venía mostrando hasta su desembarco en el Santiago Bernabéu es el único gol anotado, pues llegó al choque con los de Carlo Ancelotti habiendo convertido 138 tantos sobre 53 cotejos, es decir, un promedio de más de dos goles y medio por presentación.
No obstante, en este caso, es prácticamente el único dato estadístico para reprochar, más allá de la preocupación que, en lo que a planificación se refiere, le pudo haber generado a Pep Guardiola la poca participación de Erling Haaland y las complicaciones del resto de su equipo para hacerlo partícipe del juego. De todas formas, sigue en carrera, debe definir como local y, como si fuera poco, se mantiene como líder de la Premier League a la espera de la Final de la FA Cup con el Manchester United.