Sin mucho debido al difícil contexto extrafutbolístico de la institución, San Lorenzo de la mano de Rubén Darío Insúa empieza a encaminarse a nivel deportivo. Es que luego de varias temporadas de mitad de tabla para abajo y jugadores en mal nivel, el entrenador que es ídolo en Boedo está logrando reacomodar al Ciclón.

Ante Platense, se confirmó una vez más, ya que San Lorenzo logró una enorme victoria a nivel resultado, así como también desde el juego y también en el punto de vista anímico. Es que frente al Calamar, el Cuervo ganó por segunda vez en el año en su casa, algo que anteriormente solo había hecho contra Boca en lo que había sido el debut de Hugo Ibarra en el banco xeneize.

Ahora, frente al conjunto de Vicente López, San Lorenzo fue más durante los 90 minutos que el duro equipo dirigido por Omar De Felippe y gracias a los goles de Gastón Hernández y Ezequiel Cerutti de penal, los de Insúa dieron una gran demostración de entrega y de buen juego para que el Nuevo Gasómetro sea una fiesta en el 2 a 0 final del marcador.

Por esta victoria, el Ciclón llegó al décimo puesto de la tabla y se empieza a permitir el sueño de una copa internacional, además de alejarse de la zona roja de los promedios. A solo cinco puntos de Newell’s, el último que ingresa de momento a la Copa Sudamericana, el conjunto de Insúa cambió el rumbo y dejó de mirar la tabla del descenso para estar atento a la zona copera, por lo menos de momento.

Por el lado de Platense, una victoria en el Bidegain lo posicionaba entre el top 5 de la Liga Profesional transcurrida ya la mitad del campeonato, algo que sería ilusionante para los hinchas calamares, quienes tienen como principal objetivo la permanencia y no la pelea por el campeonato, pero con los buenos resultados comenzaban a soñar con aquello. Sin embargo, la derrota los dejó en el octavo lugar, y con mucho por mejorar desde el rendimiento por la irregularidad mostrada en los últimos cotejos.