La llegada del VAR al fútbol mundial trajo soluciones, pero también muchísimas confusiones y complicaciones. Algunos equipos han sido favorecidos, otros perjudicados, aunque los espectadores muchas veces no terminan de comprender lo que deciden los árbitros dentro y fuera del terreno de juego. Y en una nueva jornada de LaLiga, fue el Papu Gómez quien recibió la tarjeta roja y derivó en una insólita situación.

En el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán, Sevilla y Valencia CF igualaban 1-1, cuando a los 50 minutos del segundo tiempo (NdR: el árbitro César Soto Grado había adicionado 7 minutos) se produjo una brutal patada del mediocampista de la Selección Argentina, que a nivel clubes defiende la camiseta del equipo andaluz.

Gómez quiso cortar el ataque valenciano, algo que terminó sucediendo, pero por su acción desmedida fue sancionado con la tarjeta roja por parte del colegiado. Sin embargo, desde el VAR determinaron que hubo otra infracción y que el ex Atalanta debía permanecer en el campo de juego. Sí, una situación increíble.

 

 

Al momento de que desde el VAR le manifestaran al árbitro que debía acercarse para chequear la jugada en cuestión, se detectó que el defensor central de Sevilla, Kike Salas, había empujado dentro del área al neerlandés Justin Kluivert.

Debido al empujón del ex Ajax y AS Roma, Soto Grado se retractó en su decisión, le anuló la tarjeta roja al Papu Gómez y solamente lo amonestó. Pero sí terminó expulsando a Kike Salas, ya que se había otorgado la ley de ventaja, y sancionó penal para Valencia CF. Y para la fortuna de los andaluces, Bono tapó el disparo de José Gayá para que el encuentro finalice igualado. ¡Un final de película!