La vuelta de Neymar a Santos, que había despertado una ola de ilusión entre los hinchas, sumó este fin de semana un capítulo tan insólito como preocupante. En pleno partido clave ante Botafogo por el Brasileirao, y con el equipo paulista urgido de puntos para escapar de la zona de descenso, el ‘10’ protagonizó una jugada que terminó dejando a todos con la boca abierta, pero con una connotación negativa.
A los 76 minutos y con el marcador aún en cero, el astro intentó convertir un gol empujando la pelota con la mano dentro del área rival. La maniobra, parecida a la histórica “Mano de Dios” de Maradona, fue detectada de inmediato por el árbitro y, como Neymar ya tenía una amarilla, vio la roja. Apenas unos minutos después, Botafogo convirtió el 1-0 gracias a Artur y se llevó la victoria en Vila Belmiro. Combo ideal para agravar la crisis deportivas del equipo.
Lejos de tener una actitud esperada como líder, Neymar terminó dejando a Santos con diez jugadores en un tramo decisivo del encuentro. Y el golpe fue doble: la derrota que terminó llegando tras la expulsión del astro, el Peixe quedó en el puesto 17 de la tabla, con solo 8 puntos en 11 fechas. Sí, en zona de descenso, a dos unidades de alcanzar a Fortaleza, el último en escaparle a la zona roja.
La delicada situación de Neymar en el Santos
Todo esto ocurre en un contexto que no es precisamente alentador para el futuro de Neymar en Santos. Días atrás, su padre encendió las alarmas al poner en duda la continuidad del jugador más allá de mitad de año. “No podía poner en riesgo a Santos con respecto a la duración del contrato”, explicó, dejando entrever que la relación podría tener fecha de vencimiento.
En una entrevista posterior, incluso fue más allá al criticar la falta de planificación y estructura del club, lo que, según él, hace difícil sostener la estadía de su hijo en el plantel.

Neymar podría abandonar Santos antes de lo previsto.
El retorno de Neymar había sido pensado como un gesto de apoyo en un momento difícil para Santos, tanto en lo futbolístico como en lo institucional. “Vinimos a mostrar solidaridad porque Santos necesitaba ayuda y un impacto positivo para atraer a aficionados y patrocinadores”, había dicho su padre. Sin embargo, el presente deportivo, las dudas contractuales y situaciones como la expulsión de este domingo, lejos están de aquel efecto revitalizante que el club esperaba.

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