Las diferencias políticas entre la Argentina y Gran Bretaña parecen irreconciliables. Desde la Guerra de Malvinas (2 de abril al 14 de junio de 1982), mucho más. Y el deporte, ¿cuándo no?, no escapa a esta lógica. Sobran los ejemplos, claro. Acaso, el fútbol es el de mayor exposición y trascendencia Los goles de Diego Maradona a los ingleses en México 1986, uno con la mano y el otro apilando a tanto inglés, trascendieron cualquier estamento y lo catapultaron como el mejor de todos. Y, siempre, es una referencia al momento de referirse a ese antagonismo.

En ese orden, los demás deportes tampoco pueden salirse de esos márgenes en los que la competencia roza sensibilidades, hiere almas y provoca erupciones en uno y otro lado. Ahora, el tenis de mesa asiste a una situación que generó polémica y malestar. Sobre todo, del lado argentino.

En la Asamblea anual de la Federación Internacional de Tenis de Mesa (ITTF), el organismo decidió incluir a las Islas Malvinas como entidad independiente. De esta forma la ITTF ignoró el conflicto entre la Argentina y Gran Bretaña, reconocido por la Organización de Naciones Unidas (ONU).

“Las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del sur son parte parte integrante del territorio nacional argentino. Y hallándose bajo ilegítima ocupación británica se encuentran en una situación colonial y particular reconocida para las Naciones Unidas, que reconoce que existe una disputa de soberanía y exhorta a las partes a reanudar las negociaciones de manera pacífica (…) Deseo manifestar el rechazo y preocupación de la Argentina por el tratamiento de esta solicitud…”, dijo Fernando Joffre, presidente de la Federación Argentina de Tenis de Mesa (FATM), en dicha Asamblea.

Así, la FATM fijó su postura en contra, pero la votación fue aprobada por el 75% de los países votantes. El resultado de la votación fue 13 abstenciones, 33 en contra (a favor del pedido argentino), 96 a favor de incorporar al archipiélago  como entidad independiente.