En opinión del grueso de los hinchas, cuando apenas han transcurrido cuatro partidos desde el inicio de su segundo ciclo como entrenador, Marcelo Gallardo regresó a River para recuperar la identidad perdida durante la gestión de Martín Demichelis al frente del equipo.

Futbolísticamente hablando, la mayor prueba de aquello la aportaron los dos partidos de la serie de octavos de final de la Copa Libertadores ante Talleres. En primer término, porque el equipo volvió a mostrar fortaleza y rebeldía jugando en condición de visitante. En segunda instancia, porque en la revancha en El Monumental se comenzó a ver ese gen competitivo que El Muñeco quiere imprimir para que el objetivo de pelear por el título internacional no se quede solo en el deseo.

En pos de recuperar esa identidad, Marcelo Gallardo decidió volver a sumar una pieza clave a su grupo de trabajo que había perdido protagonismo con Martín Demichelis. Se trata de Sandra Rossi, doctora especializada en neurociencia que si bien permaneció todo este tiempo en el club había dejado de estar vinculada al plantel profesional.

A la salida del Muñeco, la directiva ofreció a Rossi un lugar en el Departamento de Neurociencia del club, por la que ya no estuvo ligada directamente al primer equipo. En su lugar quedó Mariela Arangio, que anteriormente trabajaba con el plantel de Reserva.

Sandra Rossi volvió a integrarse a los trabajos del plantel profesional de River.

Sandra Rossi volvió a integrarse a los trabajos del plantel profesional de River.

Sin embargo, para Demichelis ese rol no revestía la importancia que sí le había dado El Muñeco y decidió que los trabajos cognitivos fueran optativos para cada jugador, lo que provocó que la actividad fuera perdiendo peso dentro del plantel.

La vuelta de Marcelo Gallardo marcó también la revinculación de Sandra Rossi con el primer equipo y por ende la vuelta a apostar por un complemento que el entrenador considera tiene gran importancia en el entrenamiento integral de sus dirigidos.

La confianza de Gallardo en Sandra Rossi

Cuando Marcelo Gallardo llegó a River como entrenador en 2014, incluyó en su equipo de trabajo a Sandra Rossi, a quien conoció por medio del preparador físico Pablo Dolce. En aquel momento ya se había encargado de explicar cuánto le importaba la tarea que la especialista en neurociencia podía desarrollar con el plantel y el plus que aquello podía representar para sus dirigidos.

“Soy bastante curioso. Busco herramientas complementarias para los jugadores. Fue algo novedoso porque era algo que no se hacía. Y fue un desafío sumar a una mujer en un mundo tan machista como el fútbol”, había resaltado el DT en una entrevista concedida a La Nación.