A más de 18 años de la Copa América 2007, el ex futbolista de la selección chilena, Jorge Vargas, recordó el polémico ‘Puerto Ordazo’, uno de los capítulos más bochornosos de indisciplina que se recuerde en la Roja. 

Todo ocurrió durante la concentración del equipo dirigido por Nelson Acosta en la ciudad de Puerto Ordaz, Venezuela, cuando cinco jugadores fueron acusados de causar desmanes, lanzarse el desayuno y agredir al personal del hotel. En aquella ocasión, los apuntados fueron Jorge Valdivia, Jorge Vargas, Rodrigo Tello, Reinaldo Navia y Álvaro Ormeño.

El caso terminó con duras sanciones y le puso un triste punto final a un ciclo que luego dio paso a la generación dirigida por Marcelo Bielsa. Uno de los más perjudicados fue ‘Potencia’ Vargas, quien nunca más volvió a vestir la camiseta de la selección chilena. 

La conferencia de prensa después del ‘Puerto Ordazo’

El culpable del ‘Puerto Ordazo’

Ahora, en conversación con The Clinic, el exmediocampista aseguró que pese a pedir disculpas por los incidentes, nunca fue responsable de los graves desmanes. “Yo no puedo pedir perdón por estar implicado en un problema donde no estuve involucrado”, aseguró. 

Vargas fustigó a Harold Mayne Nicholls por el manejo de la situación y apuntó al verdadero responsable de los desórdenes aunque sin dar nombre. “Yo creo que Harold manejó muy mal la situación, él no estuvo cuando sucedió. Con el paso del tiempo me doy cuenta que lo hizo con una lógica, porque venía la Generación Dorada y venía con fuerza. A nivel de táctica en ese sentido lo hizo bien, pero a nosotros nos perjudicó muchísimo”, lanzó.

Al ser consultado si el culpable siguió jugando en la selección, Vargas fue tajante: “sí, y jugó el Mundial. Entonces yo creo que también lo taparon un poco, por el tema que venía la ‘Generación Dorada’ y venía un cambio radical en la selección”.

Con el paso de los años, Vargas aún siente el dolor por los incidentes. “Es una espina. Una desilusión. En ese momento nadie quería venir a jugar, muchas veces nos pagábamos nosotros los pasajes. La selección no estaba pasando un buen momento pero era un tema lógico, porque habían dos generaciones completamente distintas: una muy joven y una que venía muy desgastada por el Mundial de Francia 1998. No hubo un feeling y un equilibrio entre las dos generaciones”, sostuvo.