Más allá de la figura que representa Jannik Sinner en el tenis mundial, se esconde una historia de esfuerzo forjada en una infancia marcada por el sacrificio y la sencillez. En un íntimo cortometraje, la estrella italiana entregó detalles de su niñez en San Candido, la localidad alpina donde creció rodeado de montañas y nieve, escenario que marcó sus primeros años de vida.

En una pieza audiovisual grabada por Rolex, uno de sus principales auspiciadores, Sinner confesó que su padre trabajaba como cocinero y su madre como camarera en un restaurante de la región alpina italiana, donde el hoy campeón pasó buena parte de su niñez.

Jannik Sinner busca un nuevo título en el ATP 500 de Beijing (Getty Images).

“Pienso en el lugar de donde vengo y en los esfuerzos que hice: un pueblecito muy pequeño del norte de Italia, en medio de las montañas… No teníamos mucho. Mi padre era cocinero y mi madre era camarera en el mismo restaurante en el que trabajaba él”, expuso Sinner.

Los duros inicios de Jannik Sinner en el tenis

Desde pequeño combinó varias disciplinas, destacando en esquí, fútbol y tenis. Su talento con la raqueta se reveló en un torneo organizado por la Federación Italiana, experiencia que lo llevó a apostar definitivamente por el tenis. La decisión más difícil llegó a los 13 años, cuando dejó el hogar familiar para entrenar a varios kilómetros de distancia.

“Fue difícil irme a un lugar lejos de casa para entrenar. Se tarda seis horas y media, incluso siete en coche para llegar allí. Tuve que dejar a mis padres, a mis amigos, a mi hermano y también los otros dos deportes que me gustaban. Lo dejé todo en casa. Mi vida cambió por completo de un día para otro”, confesó el actual número 2 del mundo.

Jannik Sinner en su infancia como esquiador (Archivo).

“Llegaron los entrenamientos diarios y los dolores musculares que nunca había tenido. En ese momento comprendí quién era, qué podía hacer y lo rápido que estaba creciendo practicando el deporte que amo. Creía que ese era el camino correcto para mí”, explicó Sinner en el cortometraje.

Pese al sufrimiento y el tremendo sacrificio, Sinner nunca ha escondido la gratitud hacia sus padres por el apoyo que le brindaron en una edad tan determinante. “Ojalá todo el mundo pudiera los padres que tuve yo, porque siempre me dejaron elegir lo que quisiera. Incluso cuando era más joven practicaba otros deportes y nunca me presionaron. Deseo esta libertad para tantos niños como sea posible”, cerró.