Sebastián Miranda, de inmediato, se ganó el rótulo de salvador de la Universidad de Chile con el resultado de 2-1 sobre Palestino. El nuevo estratega volvió en gloria y majestad con el equipo estudiantil tras el desastrozo capítulo de Diego López al mando del elenco universitario. Sin duda, durante todas estas semanas, el Seba también sufrió con el bajo nivel del equipo, ya que fue uno de los ayudantes del uruguayo.
Con la hidalgía de siempre, Miranda solo tuvo palabras de buena crianza y mantuvo la compostura, a pesar de que el charrúa solo conquistó el 22% al mando de la U durante la segunda parte de la temporada.
"Jamás me voy a comparar con otro entrenador, ni de acá ni de otro equipo y yo estaba cuando estaba Diego (López), así que con mayor razón. Yo me enfoco en mi trabajo, trato de irradiar lo que yo creo y siento como entrenador, desde todos los aspectos, técnico, táctico y físico. Si es peor o mejor, cada maestrito con su librito, como dicen. El mío es éste", dijo Miranda.
Eso no es todo, el nuevo entrenador del primer equipo de la Universidad de Chile entregó detalles de su forma de trabajar manifestando que "yo soy cercano al jugador, así lo vibro, así lo siento y sufro. Para mí, hoy la confianza que me dieron y que yo di, se vio en la cancha".
Miranda, al igual que todos los integrantes de la Universidad de Chile, logró el desahogo guardado desde julio tras la victoria contra La Calera en el Santa Laura. Sin duda, semanas malísimas en el Centro Deportivo Azul, pero que pasaron al olvido en La Cisterna con el triunfazo contra Palestino.
"Hoy un fue un desahogo, hace tiempo no ganábamos, se han dicho muchas cosas, unas son ciertas y otras no, lo podremos discutir después. Los jugadores sienten esa presión, tienen sentimientos. Fue un desahogo tremendo, sé la responsabilidad, pero esto dura hasta hoy. Hay que ir partido a partido, ahora quedan cinco, fue un paso pequeño y seguiremos luchando", expresó.