Luego de destacarse por una extensa cantidad de años en su país de origen, Luís Figo, a mediados del año 1995, tomó la decisión de alistar sus cosas y afrontar uno de los retos más complejos que a cualquier futbolista se le puede poner en el camino: jugar en nada más ni nada menos que el Barcelona.

El ciclo era relativamente positivo en la institución Blaugrana y el atacante luso había logrado conectar con la afición de la institución. Sin embargo, cinco años después de arribar, Figo protagonizó lo que muchos catalogan como uno de los traspasos más polémicos de la historia del futbol.

Arribado el mercado de pases de mitad de año del 2000, Luís se mudó de vereda y pasó a portar los colores del Real Madrid, eterno rival del club Culé. A partir de aquel entonces, el futbolista portugués pasó a ser uno de los villanos más odiados por parte de los seguidores del Barcelona, y así se lo hicieron saber cada vez que pisó el mítico Camp Nou.

En diálogo con FOX Sports, Figo, rememorando aquel maltrato recibido por parte de la afición Blaugrana, manifestó: "Es normal por cuanta más importancia tiene un jugador en un club. Es como una relación de matrimonio, de amor-odio. A un jugador que no hubiese sido tan imporante en el Barcelona no se le daba tanta importancia a su traspaso a otro club. Imagino que por eso se lo tomaron de esa forma, pero lo entiendo perfectamente. Fue una decisión personal frente a la forma en que me sentía por los tratos por parte de la directiva del club".

Continuando con su respuesta luego de ser consultado por el impacto que generó que cambie al Barcelona por el Real Madrid, el ex futbolista, dejando en claro que no se arrepiente siquiera un poco de la decisión que tomó en aquel entonces, cerró: "Resumiendo los años que tuve en el Real Madrid y los objetivos que me propuse cuando me mudé, siento que fue una decisión acertada. Estoy extremadamente feliz por la decisión que tomé".