Antes de atravesar el túnel de los nervios, con una mano en el corazón, Saúl El Canelo Álvarez entonó el himno mexicano en simultáneo con Carolina Ross, que hacía una muy fina presentación ya sobre el cuadrilátero. Acto seguido, fue Gennady Golovkin en su rol de retador el primero en avanzar hacia el cuadrilátero, al son de Seven Nation Army y con una de sus ya tradicionales batas, en azul y dorado.

Cuando la T-Mobile Arena todavía vibraba con la música de Triple-G, el tapatío ya estaba listo para hacer su aparición. David Diamante presentó a Alejandro Fernández, quien fue el encargado de protagonizar un show musical preparado a la medida del campeón mundial indiscutible de peso súper mediano.

Una vez más, los mariachis le pusieron color y melodía a la noche mexicana, a la que grita independencia y celebra el deporte que es pasión de multitudes. Y la Arena estalló como nunca antes en la velada cuando Canelo Álvarez salió a escena. ¡Es hora de trilogía! ¡Que comience la acción!

Así fue la llegada de Canelo Álvarez a la T-Mobile Arena

Casi en simultáneo conla lectura del fallo que dio a Austin Williams como vencedor de Kieron Conwayen decisión unánime,el mexicano hizo su arribo a la T-Mobile Arenapara emprender rumbo a su camerino y ultimar los detalles de su preparación para la gran pelea de la noche. Se lo vio sonriente, repleto de confianza y devolviendo con un gesto cada uno de los saludos que recibió a su paso.

El gesto de Canelo Álvarez fue incluso muy diferente al que mantuvo durante todos los días previos a la trilogía, siempre con una mirada mucho más desafiante y con gran seriedad, especialmente cada vez que le tocó compartir un evento con el kazajo, con quien dijo tener algunas cuentas personales que resolver.