La Liga MX Femenil suma nuevos aficionados. Cada vez hay más futboleros y futboleras que se acercan al futbol femenil para apoyar a un equipo o jugadora en específico. El problema es que hay un sector que llega con la misma inercia violenta que se registra en el futbol varonil y utilizan las redes sociales como espacios de agresión.

Expresiones machistas, misóginas y homofóbicas, además de una gran cantidad de insultos, se reproducen jornada tras jornada, incluida la Liguilla. Apariencia física, preferencia sexual y vida privada son los principales motivos de ofensa hacia futbolistas, entrenadoras y árbitras. Se trata de aspectos que nada tienen que ver con la cancha, no obstante son los más tocados por quienes quieren involucrarse en el futbol femenil equiparándolo con el masculino.

Blanca Félix ha sido víctima de ofensas constantes por su imagen. Stephany Mayor, Bianca Sierra, Alondra González, Janelly Farias, Rebeca Bernal, entre otras más, son enjuiciadas con improperios por ser lesbianas. A Jana Gutiérrez la atacan por entretenerse como tiktoker. Futbolistas como Deneva Cagigas padecen de acoso con mensajes inapropiados.

Pero eso no es todo. Futbolistas han sido amenazadas de muerte, tal es el caso de Nailea Vidrio, quien denunció públicamente esa acción hacia su persona. Situación similar han padecido aficionadas por apoyar al equipo contrario o comentar sobre un partido; las advertencias son connotaciones de abuso sexual y feminicidio.

«Es un reflejo de la sociedad. Vivimos una crisis de ciudadanía, de gobernanza y de fenómenos sociales arraigados que se reflejan en las redes sociales. Algo que sucede en estos momentos es que pertenecemos a una generación que ha tenido que deconstruirse y construirse constantemente. Hay una nueva audiencia que llega queriendo emplear los códigos del futbol varonil en el femenil y no tiene conciencia de que hay cosas que no deben ser normalizadas», comenta Naim Gallegos, creadora de la plataforma Futbolera.

Por ahora todo ha quedado en violencia digital, pero el límite de cruzar hacia la violencia física en un estadio es frágil. Ante esta situación, una interrogante primaria radica en saber cómo y cuándo trabajarán en conjunto liga, clubes, futbolistas, silbantes y aficiones para erradicar esta violencia que asusta a sus víctimas. A su vez, un elemento netamente de cancha, como lo es el arbitraje, ha sido utilizado como pretexto para detonar posturas agresivas.

«Es una realidad que estamos viendo agresiones en redes sociales. Pero cuando eso empiece a verse en un estadio, vamos a ver qué hace la liga. Muchas de las peleas que se leen en redes sociales es por culpa del mal arbitraje en los partidos femeniles. Los ánimos se han calentado bastante y eso cambia toda la conversación en torno al futbol femenil, porque se deja de hablar de las futbolistas por lo que hacen en el campo y se empieza a hablar de ofensas, insultos y agresiones», describe Andrea Sierra, directora de Campeonas MX.

El temor a que se registren broncas y peleas en partidos de la Liga MX Femenil es latente. No porque el ambiente que rodea al futbol femenil sea peligroso, sino porque nunca falta una persona inadaptada que altere el orden de lo establecido y la violencia, tal como se observa en el país, es contagiosa.