A pesar de que terminó firmando una gran carrera en Europa y se transformó en un jugador importante en la Selección Mexicana (está por disputar su tercera Copa del Mundo), Héctor Herrera tuvo momentos de muchísimo sufrimiento para lograr sus objetivos y llegar a donde llegó. Sin ir más lejos, estuvo a punto de abandonar su sueño porque sentía que no tenía hueco en Pachuca…
Los primeros pasos del Zorro en el primer equipo de Tuzos no fueron para nada sencillos y se explica con las dos cesiones a préstamo que tuvo: fue enviado alCD Cuautla y posteriormente a Tampico Madero. Este tipo de situaciones, sumado a que cuando regresaba al club albiazul no tenía lugar, lo hicieron replantearse muchas cosas y estuvo cerca de buscar trabajo en otro sitio.
“Yo creo que el debutar para mí fue muy difícil porque tuve periodos donde parecía que estaba en primera, parecía que no estaba. Entrenaba con el primer equipo y me devolvían a segunda, entrenaba con el primer equipo y jugaba con la Sub-20, estuve con el equipo en un Mundial de Clubes, no jugué, no estaba registrado, estaba acompañando al equipo, volví, me mandaron a préstamo en segunda división donde yo pensé que todo acababa”, señaló en diálogo con TUDN.
Más adelante completó: “Cuando volví (a Tuzos) no sabía qué futuro tenía, si me iba a quedar en el club o me iban a mandar de nuevo a segunda. Nos planteamos venir a Estados Unidos a trabajar, yo le pedía (a mi familia) que me dejara intentar por última vez para ver si podíamos sorprender a Efraín Flores que fue el técnico que me llevó. Yo creo que ese momento para mí ha sido lo más difícil”.
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Hoy en día, Héctor Herrera puede presumir de haber hecho una gran carrera y trabajará en los Estados Unidos, pero lo hará como futbolista en el Houston Dynamo FC con un sueldo más que importante. Mientras tanto, se prepara para jugar su tercer Mundial con la Selección Mexicana: es titular indiscutido para Miguel Herrera. Todo esto, gracias a no renunciar a sus sueños cuando las cosas no salían como eran esperadas.