En el estadio de Kashima tuvo lugar un partido con mucha historia olímpica por las semifinales de Tokio 2020, pues se enfrentaron Brasil, defensor de la medalla dorada obtenida en Río 2016, y México, campeón olímpico en Londres 2012 venciendo en la final precisamente a la Canarinha.

El seleccionado brasileño no saltó al terreno a hacer amigos y en cuestión de segundos puso en riesgo al Tri con un desborde de Arana por la izquierda, que llegó al fondo y sacó un centro rasante que cruzó toda el área sin que pudiera empujar Antony ingresando por el segundo palo. Los dirigidos por Jaime Lozano respondieron a los 8 minutos, con un cabezazo de Henry Martin que salió desviado, a la salida de un tiro de esquina ejecutado por Alexis Vega.

A los 13, Memo Ochoa tuvo su primera intervención determinante en el partido, respondiendo ante un remate a quemarropas de Arana, que otra vez ganó la posición evidenciando los problemas defensivos que México tenía por la izquierda. Seis minutos más tarde, el portero mexicano volvió a clausurar su meta tapando sin dar rebote un remate de Antony desde la puerta del área. Y a los 22 cerró su trilogía personal tirándose bien para desviar un tiro libre de Dani Alves que se metía pegado al poste.

Los corazones mexicanos se paralizaron a los 27 minutos, cuando el árbitro Georgi Kabakov pitó penal por una infracción inexistente de José Esquivel sobre Douglas Luis. Pero de inmediato el VAR llamó al colegiado para que revisara la jugada y este revirtió su decisión, dando continuidad al juego con una salida desde el fondo para El Tri.

Pasado el sacudón, sería Mexico quien cerraría mejor la primera mitad acumulando opciones de gol. Lo tuvo Luis Romo con un remate que exigió una gran tapada de Santos y ya en el primer minuto de adición también Uriel Antuna, que definió cruzado superando la posición del portero, pero vio cómo Diego Carlos intercedió entre el balón y la red, sacando al córner.

Para salir a jugar el complemento, Jaime Lozano dio ingreso a Carlos Rodríguez por Esquivel y ya a los 61, sin que hubiera sucedido demasiado en el encuentro, permitió también el ingreso de Diego Lainez en reemplazo de Uriel Antuna. Pero la primera ocasión sería otra vez para Brasil, porque a los 65 ingresó al área Antony recortando desde la izquierda al centro y sacar un remate al primer palo que contuvo bien Ochoa sin dar rebote.

A los 75 minutos el partido llegó a su punto máximo de tensión con un tumulto entre los jugadores de ambos seleccionados, insultos y empujones que el árbitro resolvió con una serie de tarjetas amarillas. La más clara del complemento y del partido la tuvo Richarlison a los 81, con un gran cabezazo cruzado que devolvió el poste cuando Ochoa ya estaba vencido. Y sin más, se consumieron los 90 minutos y la adición, por lo que el juego debió seguir su curso en tiempo suplementario.

Jaime Lozano, que ya había dado ingreso también a Angulo y Alvarado por Córdova y Vega, gastó sus cambios mandando al campo a Mora y Aguirre por Henry Martin y el propio Angulo. Brasil tuvo la única ocasión que pudo romper la paridad en la primera parte de la prórroga, con un gran remate de Arana desde fuera del área que salió cruzado, besando el poste de un Memo Ochoa que había volado bien para sacar.

La segunda parte de la prórroga se consumió sin que haya ocasiones de real peligro y todo tuvo que definirse en la definición desde el punto penal. Dani Alves abrió con gol para Brasil en un remate que llegó a tocar Ochoa pero no a desviar, mientras que en México falló el primero Edu Aguirre y El Tri debió correr desde abajo en la serie. También falló Vázquez y Brasil metió todo lo que tiró, para meterse en la final y condenar al seleccionado mexicano a jugar por la medalla de bronce.