El presente que atraviesa la Selección Mexicana es preocupante, pero más aún lo es la pasividad de quienes llevan las riendas del futbol de nuestro país, que no parecen inmutarse ante tales circunstancias que envuelven al combinado nacional y proyectan un futuro poco esperanzador.
Mientras que los jugadores y los entrenadores van pasando y cambiando, las cabezas que toman las decisiones sobre este deporte popular continúan en sus cargos, y aparentemente sin reacción o sin voluntad de realizar un golpe de timón en busca de una evolución o mejoría en el seleccionado.
Esta semana, los dichos de Andrés Vaca durante la transmisión de México-Valencia, sumado a otras editoriales periodísticas, comenzaron a poner sobre la mesa la discusión sobre el rol de quienes están en el poder, y a colocar a esos personajes señalados por la opinión pública en el centro de la condena social.
A esta polémica en torno a las autoridades del futbol mexicano, se le echó más leña con una fuerte acusación de Miguel Herrera al presidente de la Liga MX, palabras que dejaron en evidencia al mandamás del campeonato doméstico, cómplice de las decisiones que también involucran a la Selección Mexicana.
El ‘Piojo’ Herrera reveló, en conversación con la mesa de debate de Fox Sports, que Mikel Arriola ni siquiera presta atención a los partidos del seleccionado y que lo pudo descubrir marchándose antes del final del partido, del estadio de Puebla en la última presentación del equipo de Javier Aguirre.
“Faltaban 10 minutos de partido, yo me salí antes porque la gente no me dejaba salir y tenía que salir a hacer el enlace con ustedes, y vi salir al presidente de la Liga atrasito de mí, 10 minutos antes; o sea no se quedan a ver todos los partidos”, testificó el ex DT de América, Rayados, Tigres, Xolos y la Selección Mexicana, entre otros.
De esta manera, Herrera dejó ‘en offside’ al directivo, en una clara imagen del desinterés que tienen los directivos del futbol mexicano, desinterés que se ve reflejado en las actuaciones decepcionantes de la Selección Nacional y que luego esta contagia a los aficionados, que le han dado la espalda hace tiempo a sus propios colores.