Cuando la pandemia de coronavirus llegó al mundo y se pudo hablar mucho más que pelear, Tyson Fury y Anthony Joshua comenzaron a coquetear con la posibilidad de enfrentarse en el que para muchos iba a ser el combate más grande de la hostoria para el boxeo británico. Las negociaciones continuaron hasta bien entrado el año pasado, cuando siendo ambos los campeones mundiales que se repartían los cuatro cinturones de la división de peso pesado se disputaban quién sería el indiscutible.
Pero nunca se llegó a un acuerdo, por dinero y por egos, y finalmente AJ terminó perdiendo a manos de Oleksandr Usyk los cinturones de la AMB, la OMB y la FIB en septiembre del año pasado. También se quedó corto en su intento de recuperarlos hace nada más que unos días, pues el ucraniano volvió a imponerse en la revancha que se celebró el 20 de agosto en Arabia Saudita.
De manera inesperada, al ver Tyson Fury que Usyk no quería hacer hasta el año próximo la pelea por el campeonato mundial indiscutible, volvió a lanzarle el desafío a Joshua. Los fanáticos del boxeo, especialmente en el Reino Unido, volvieron a ilusionarse entonces con la posibilidad de ver a los dos enfrentarse en un megaevento.
Hasta que el que entró en escena fue Bob Arum, y contraponiéndose a las expresiones de Fury, a quien promueve desde hace años desde Top Rank, terminó con toda ilusión de que ese combate pueda suceder. Según el reconocido promotor, la pelea no solo es imposible de momento porque el equipo de Joshua no querrá que se realice, sino además porque ya están negociando con otros peleadores para la pelea que el Rey Gitano hará en diciembre.