Es cierto que Jared Anderson llegó algo tarde para competir por ser protagonista del mejor nocaut del año, pues la mayoría de las listas de candidatos están ya elaboradas. Pero su demoledora victoria ante Oleksandr Teslenko en el segundo asalto invita cuanto menos a una revisión.

Con tan solo 22 años, El Big Baby volvió a demostrar por qué es la gran apuesta de Top Rank para ser uno de los grandes campeones del futuro en la división de peso pesado, prestentándose este sábado en la cartelera que en el Madison Square Garden estelarizaron Vasyl Lomachenko y Richard Commey.

Su rival fue el ucraniano naturalizado canadiense Oleksandr Teslenko, quien llegó a New York con marca de 17 victorias y una única derrota; pero que enseguida dejó ver que pertenecía a un nivel inferior al que pretende instalarse Anderson, quien no tuvo problemas para despacharlo de la arena.

Fue en el segundo asalto, cuando había transcurrido poco más de un minuto, que lo encontró con una combinación de derecha e izquierda a máximo poder sobre la cabeza, dejándolo congelado por un segundo, con sus piernas dobladas, antes de desplomarse sobre la lona para ya no volver a recuperarse durtante la cuenta de protección.

Jared Anderson, que no conoce de empates ni derrotas, consiguió así su undécima victoria como boxeador profesional, habiendo ganado en todas ellas por nocaut y con actuaciones que lo ponen en consideración para ser un gran campeón mundial en el futuro. Dependerá de él.