Con la profesionalización del futbol femenil en México mediante el surgimiento de la Liga MX Femenil en 2017, se abrió una puerta para comunicólogos, fotógrafas, periodistas y creadores de contenidos que no encontraron cabida en grandes cadenas, medios tradicionales y espacios informativos de renombre para ejercer dentro del periodismo deportivo. Se (re)descubrieron a la par de las futbolistas.

A partir de la inquietud por la novedad que en ese entonces era la liga, gente con o sin experiencia, hombres y mujeres por igual, se acercaron al futbol femenil por interés de poner en práctica sus conocimientos. Durante ese proceso de darle cobertura informativa, otras tantas personas desarrollaron aptitudes del oficio periodístico sin que ese haya sido su propósito inicial o profesional.

 

Nacieron proyectos independientes como sitios web, pódcasts, agencias. Conforme transcurrió el tiempo, a cinco años de distancia, varios de esos emprendimientos han crecido paulatinamente. Pero lo deportivo y lo periodístico no fue lo único que se detonó con la Liga MX Femenil. Su impacto también ha sido sociocultural con avances en dos puntos específicos: perspectiva de género y visibilización de las preferencias sexuales.

“Todavía falta mucho por trabajar pero se han dado pasos valiosos en mostrar y comprender los obstáculos que se topan las mujeres, en este caso periodistas y comunicadoras. Hablo de falta de oportunidades, disparidad de salarios, machismos en distintas áreas. Que haya medios, clubes y afición dándose cuenta de ello. Pero no es suficiente. Por ejemplo, todavía hay clubes que se niegan en acreditar a mujeres de esos medios independientes que cubren al futbol femenil.

Por otra parte, me parece importante y afortunado que las jugadoras manifiesten abiertamente su lesbianismo. Visibilizar sus preferencias sexuales es un puente para conectar con aficionadas que también lo son y contribuye a que la generación actual ni siquiera tenga que fijarse o escandalizarse por eso. Además ayuda a la construcción de un nuevo lenguaje para informar”, comenta Claudia Pedraza, periodista deportiva y experta en estudios de género.

Es aquí donde entra la importancia de los proyectos independientes. A diferencia de los medios tradicionales, los espacios emprendedores procuran un estilo de comunicación alejado del sensacionalismo, plural y distante de las polémicas estériles. De igual manera se procura la redacción, tono y forma de abordar noticias, opiniones y enfoques.

En ese sentido, Claudia resalta la sororidad que existe entre las mujeres que dan cobertura al futbol femenil: “No tratamos de ver quién es mejor o cuál de nosotras genera el mejor contenido. Por el contrario, nos echamos porras entre nosotras. Incluso cuando se tiene que discutir o debatir, porque no siempre vamos a estar de acuerdo, se hace a partir del diálogo. Una ventaja del futbol femenil mexicano es que tiene mucho campo para cubrir, se puede informar desde distintos ángulos porque todavía hay muchísimas historias por contar”.

 

Respecto a esas historias que faltan por contar, Pedraza encuentra un punto positivo en la Liga MX Femenil a favor de los proyectos independientes: el forjamiento de especialistas. Muchas y muchos que cubren el futbol femenil con sus herramientas hoy día, siempre y cuando sean persistentes en su objeto de estudio, tarde o temprano serán buscados por las grandes empresas que les han cerrado las puertas.

“Veo una gran área de oportunidad. Hay quienes están perfeccionándose en la locución, en la fotografía, en las estadísticas, en estrategias, en materia audiovisual. Esos profesionales que están formándose ahorita, algunas y algunos sin el apoyo de un medio, serán los especialistas del futuro”, percibe Claudia.

Finalmente precisa que, contrario a lo que un grueso de aficionados creen, la atención mediática hacia el futbol femenil mexicano por parte de espacios independientes incluye también a los hombres. No se trata de dividir, ni mucho menos de una batalla de géneros. Hay casos concretos de periodistas, reporteros y comunicadores que llegan a sumar con narraciones, textos y labor de campo. "Es sencillo. Yo aprendo de muchos de ustedes y ustedes aprenden de muchas de nosotras. Ve, ahorita estuvimos platicando a gusto", culmina.