Los mexicanos Andrés Guardado y Rafael Márquez han marcado como futbolistas sus nombres en el Atlas de sus amores y la Selección Mexicana, eso además de sus coincidencias en el vestidor los ha ayudado a forjar una gran amistad, la cual tuvo un inicio muy cómico, pues entre ambos existe una diferencia de edad de 7 años, lo que los podría hacer fácilmente hermanos así que las bromas estuvieron a la orden del día desde que se conocieron.

En el intento de la esposa de Guardado de convertirse en “influencer”, Sandra de la Vega decidió que era buena idea hacer una entrevista a su famoso esposo para obtener seguidores, en la que reveló lo que pensó al ver por primera vez al llamado “Káiser” en el mismo vestidor que él durante el Mundial de Alemania 2006.

 

“Los que me conocen, saben que Rafa es mi ídolo, es mi ídolo de toda la vida. Llega el Mundial del 2006, llego de colado y Rafa ese año con el Barcelona gana la Champions League; para mí es un ídolo porque empezó con Atlas igual que yo, luego va al Mónaco y así. Creo que estábamos en Holanda entrenando, se incorpora después de la Final, y él estaba ahí, lo veo y me imponía mucho, ¡estaba guapísimo!”.

Tal era su admiración que no podía con la emoción de tenerlo cerca, que decidió esconderse de él, pues no sabía cómo iba a reaccionar: “A mí me imponía mucho por la admiración que le tenía, aparte venía de ganar la Champions y yo no llevaba ni un año de haber debutado en Primera, yo estaba como ‘estoy con mis ídolos’… acabó el entrenamiento y él empezó a saludar a todos, y yo me escondí, me daba vergüenza saludarlo porque me imponía mucho respeto”.

 

Pero la primera interacción entre ambos se lleva las palmas pues fue en un elevador, en donde “El Principito” no pudo huir: “Pido el elevador, se abre y estaba Rafa, y yo cagado de miedo, nerviosísimo, de repente me meto con ganas de bajarme rápido y Rafa me empieza a sacar la plática y me dice ‘eh cómo dejaste a mi Atlas’, y yo ‘bien’, por dentro ya deseando bajarme. Luego se abre el elevador y yo salgo disparado, entonces me habla y dice ‘Hey, hey, mi maleta’ y yo ‘sí, sí, perdón’, entonces se empieza a cagar de risa y me dice ‘¿cómo crees que te vas a llevar mi maleta?’, y yo ‘sí, si quieres sí te la llevo’, pero me estaba jugando una broma”.