La notable carrera de Josepmir Ballón, considerado uno de los mediocampistas peruanos más condecorados de su generación, presenta una curiosa y persistente paradoja: a pesar de acumular siete títulos en su palmarés. También ha experimentado una inusual y recurrente cantidad de descensos, esta dualidad ha marcado su trayectoria, que incluye cinco episodios directamente vinculados a la pérdida de categoría. Por lo cual, el popular Tutan ahora mismo está siendo mencionado en diversas redes sociales, por lo bueno que logró, pero también desde el lado negativo. Las vueltas de la vida dentro del deporte rey.
Historia variopinta de Josepmir Ballón
Tres en el fútbol peruano y dos casos particulares en el extranjero que añaden un matiz singular a su historial, diferenciándolo de muchos de sus contemporáneos. En el ámbito local, el historial reciente de Ballón ha sido especialmente turbulento y mediático. El primer descenso registrado que lo involucró fue en el año 2020 con Alianza Lima, un acontecimiento que no solo conmocionó al balompié nuestropor la magnitud del club, sino que generó un intenso debate, aunque finalmente el equipo fue restituido en la máxima categoría por una polémica decisión del TAS.
Posteriormente, en 2024, asumiendo el rol de capitán en la Universidad César Vallejo, Ballón no pudo evitar que el equipo culminara la temporada perdiendo la categoría, un duro golpe para sus aspiraciones. Su situación más reciente y quizás la más llamativa, que lo ha llevado a un escenario poco común para un jugador de su calibre, ocurrió en 2025, cuando descendió con Deportivo Coopsol, relegándolo a la tercera división del fútbol peruano. Los dos episodios restantes de esta peculiar lista de descensos tuvieron lugar fuera de las fronteras peruanas, añadiendo una dimensión internacional a su historial de reveses.
Casos poco usuales en su carrera
En 2011, Ballón formó parte del plantel de River Plate durante una de las temporadas más criticadas y dolorosas en la centenaria historia del club argentino. Aunque su contrato finalizó semanas antes de que se consumara el histórico descenso a la Primera B Nacional, su presencia en el equipo durante el proceso que llevó a la caída siempre lo vinculará, de alguna manera, a ese fatídico momento, un estigma en la memoria colectiva del fútbol sudamericano. De manera similar, en 2019, defendiendo los colores de la Universidad de Concepción de Chile, el equipo terminó la liga en posición de descenso, una situación límite que, afortunadamente para el club y para el volante de marca, fue revertida por una decisión administrativa que salvó al club de la baja de categoría, aunque el peligro fue palpable.
Este inusual registro de descensos contrasta marcadamente con el éxito, la regularidad y la consistencia que lo han caracterizado a lo largo de su extensa y exitosa carrera. El propio Ballón ha reconocido públicamente la carga y el peso de estos episodios en su trayectoria, pero siempre los ha contrapuesto con la solidez y el brillo de sus múltiples campeonatos y logros deportivos. Sin embargo, su situación actual, disputando la tercera división con Deportivo Coopsol, un escenario inesperado para un jugador de su trayectoria y palmarés, subraya la complejidad y las contradicciones de una carrera que ha saboreado las mieles del éxito en repetidas ocasiones, pero que, a la vez, ha convivido de cerca y en múltiples ocasiones con el fantasma persistente de la pérdida de categoría.
