La Federación Peruana de Fútbol evalúa una propuesta estratégica para las próximas Eliminatorias Sudamericanas: jugar algunos partidos en el Estadio Inca Garcilaso de la Vega en Cusco. Esta medida, según el Diario Líbero, busca maximizar la ventaja competitiva de la selección peruana, conocida como la “Blanquirroja”, en su camino hacia la Copa del Mundo. La clave de esta estrategia radica en el aprovechamiento de la altitud de Cusco, ubicada a 3.400 metros sobre el nivel del mar.
Cambio de sede para la Selección Peruana
La FPF pretende replicar el éxito de selecciones como la boliviana, que han convertido la altura en un bastión casi inexpugnable para los equipos visitantes no aclimatados. El principal beneficio de jugar en altitud es el significativo desgaste físico que impone a los rivales. La baja concentración de oxígeno en el aire afecta drásticamente el rendimiento aeróbico de los jugadores, causando fatiga prematura, menor capacidad de recuperación y una presión constante desde el inicio del encuentro. Esto podría otorgar una ventaja considerable a la Selección Peruana, especialmente contra equipos acostumbrados a jugar a nivel del mar o en altitudes menores.
Además del beneficio deportivo, el estadio cusqueño tiene una capacidad para más de 42.000 espectadores, lo que asegura un aforo significativo y el apoyo masivo de la afición local. Este ambiente intimidante para los rivales y el impulso adicional para la selección peruana, potenciado por la pasión del público cusqueño, podrían ser decisivos en partidos clave. No obstante, la implementación de esta estrategia requiere una coordinación rigurosa y la aprobación del nuevo director técnico. La viabilidad del plan dependerá de su visión táctica y de la capacidad del equipo para adaptarse a las nuevas condiciones.
Cusco podría ser la nueva localidad peruana
Aunque la mayoría de los futbolistas peruanos están familiarizados con la geografía variada del país, un plan de aclimatación adecuado será crucial, especialmente para aquellos que juegan en ligas extranjeras o a nivel del mar. Esta iniciativa ha generado un intenso debate entre aficionados, analistas y expertos. Las discusiones se centran en sí los beneficios tangibles de la altura compensarán los desafíos logísticos de dejar el Estadio Nacional de Lima, hogar tradicional de la selección.
La reubicación a Cusco implicaría consideraciones sobre transporte, alojamiento e instalaciones de entrenamiento, así como la reconfiguración logística para los equipos visitantes. El objetivo final de esta audaz propuesta es claro y ambicioso: devolver a Perú al protagonismo en el fútbol sudamericano y, lo más importante, asegurar la tan anhelada clasificación a la próxima Copa del Mundo. La FPF busca todas las herramientas posibles para darle a la “Blanquirroja” la mayor ventaja competitiva en su búsqueda del éxito internacional.
