Fue un partidazo, el Emirates fue testigo de algo con lo que va a tener que aprender a convivir el Arsenal de aquí al final de la temporada de la Premier League, sufrir mucho para seguir sumando, es que comienzan a jugar la presión y la ansiedad, de todos modos se dio maneras para volver a ganar de manera agónica, casi épica para sellar un 3 a 2 final no apto para cardiacos.

Es que la jornada siempre fue cuesta arriba para los Gunners, antes de los 10 segundos en el partido ya perdía por un gol sorpreviso que tenía la visita en el vestuario, el gol que anotó Philip Billing es uno de los más rápidos de la historia de la Premier League.

Bukayo Saka - Getty

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Y con esa ventaja comenzó a jugar con los nervios de los Gunners, que encima tuvieron la lesión de Trossard en el primer tiempo, la jornada se le comenzaba a complicar más a Arteta, que tuvo que ir haciendo un trabajo de artesano para recuperar anímicamente y futbolísticamente a su equipo.

Peor aún cuando en el complemento Marcos Senesi anotó el segundo gol, eran 57 minutos y tantas adversidades para Arsenal que la cosa parecía imposible. Pero si hay algo que tiene este equipo de Arteta es caracter, y desde ahí encontró la luz al final del túnel.

 

Thomas Partey a los 62 descontó y le dio vida al equipo líder del torneo, y fue Ben White a los 70 el que terminó por igualar el encuentro; poniendo un suspenso de un guión que ya se vió en esta temporada y con este equipo.

A puro amor propio, a los 97 minutos Nelson desató la locura, porque cazó la última pelota y la mandó a la pared del arco para volver a tener cinco puntos de ventaja y el pecho inflado y con el sueño intacto, van a paso firme por el título de la Premier League.