Hoy tiene su mérito hablar de este entrenador, Néstor Gorosito, que ha sabido pelearla desde abajo con varios clubes y con esa excusa ponerse victorias al hombro.
Lleva seis fechas invicto y luego de un partido perfecto ante el campeón, Racing Club de Avellaneda, hoy no depende de sí mismo para lograr la permanencia en Primera División, pero sí hace las cosas como las viene haciendo, seguro se hará de uno de los tres lugares que pelean los cuatro equipos en zona de descenso.
Pasado, presente y futuro
En sus antecedentes está haber salvado a Nueva Chicago del descenso en 2003, cuando apenas debutaba como entrenador y darle a Tigre el subcampeonato de la Copa Sudamericana 2012 en una final contra São Paulo de la que aún nos quedan dudas.
Tres veces ha estado al frente del matador y siempre se ha llevado algo, o mejor dicho, ha dejado algo para el recuerdo del club. Eso es trabajo.
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Es un muchacho de barrio, del barrio del matador, de Tigre, de zona norte. Nacido en San Fernando y querido por la gente. Sabe pelearla en la cancha y en la vida, porque con garra y quizás un poco de suerte se lo ve sano, con energía e ideas claras; dirigiendo para nosotros y la gente que lo sigue.
En América y Europa, siempre toma equipos complicados, pero no complejos. Hace de sus jugadores a hombres laburantes e inteligente. Simples, pero elegantes, como el Beto Alonso, su gran ídolo. Y a equipos simples, planteos sencillos. El Pipo Gorosito es un gran productor de la marca en ataque, de entrenar jugadores pasadores, generar volumen jugando segundas pelotas y mantener equipos cortos que puedan con un trabajo limpio ir a atacar a los más grandes.
Néstor Gorosito se juga todo y es el único de los cuatro últimos que juega de visitante. Si juega contra River, como en el segundo tiempo contra Racing, tiene muchas posibilidades de quedarse en primera.
Pipo vuelve este fin de semana al Monumental, al mismo River que lo vio debutar como jugador, que lo formo, que tuvo el privilegio de verlo tirando sus famosos tacos, haciendo sus jugadas magistrales , pisándola y picando la pelota como pocos.
“Vine con la condición de quedarme en caso de descender”. Pipo vuelve a jugarse algo, a tener otra final como en los últimos seis fines de semana. Gorosito parece verlo claro, va jugar igual, con todo el barrio alentando como gritó el día que Racing salió campeón, con la mente puesta en esa frase que repite cuando camina por el barrio: “no tenemos nada para ganar, y mucho por perder”.
Suerte Matador.