A Guillermo Barros Schelotto no le será sencillo, como no le está siendo a nadie en Boca, olvidarse de la final perdida en Madrid nada menos que ante River.

En busca de cambiar de aire, se marcó a los Estados Unidos y ayer debutó en la MLS con triunfo de sus LA Galaxy.

Sin embargo, el entrenador no pudo deshacerse nunca de su gesto adusto, de su expresión rígida, como si no se hubiera podido permitir el disfrute.

No era un partido más para Guillermo, porque era el debut oficial, porque lo comenzó perdiendo y porque lo remontó gracias al futbolista que eligió como capitán: Zlatan Ibrahimovic.

Pero no, el entrenador casi no pudo disfrutarlo, o al menos así lo indicó su rostro en todo momento.