La decisión de no disputar el certamen de CONMEBOL puede ser muy costosa para los equipos mexicanos.
El cambio de formato que introdujo la CONMEBOL para la Copa Libertadores a partir de la edición 2017, que se disputará a lo largo de todo el año, terminó causando la salida de los equipos mexicanos del certamen, luego de 18 años disputándola.
Al disputarse de febrero a noviembre, el torneo continental chocaría con la Liga de Campeones de la CONCACAF, y tras no haber llegado a buen puerto con las negociaciones, la Liga MX retirará a a sus equipos del certamen, decisión con la que México perderá más que una Copa.
Todavía no se cerraron la negociaciones entre México y la CONMEBOL
En primer lugar, los equipos aztecas perderán el roce internacional que les brinda enfrentarse a los equipos sudamericanos, que tienen mayor nivel que los de CONCACAF y elevan así la competencia en México.
Además, la Libertadores es una gran vitrina. Ojeadores de toda Europa siguen de cerca el torneo y una buena actuación allí puede significar una transferencia al viejo continente, como pasó con Héctor Moreno en 2007.
La Copa también implica un ingreso extra para los equipos que la disputan, dinero que ahora dejarán de percibir en el país tricolor. Además, la Federación Mexicana de Fútbol (FMF) podría perder patrocinios al salirse de la Libertadores.
Finalmente, esta decisión podría terminar de quebrar la ya maltrecha relación entre México y la CONMEBOL, la cual debería tratar de mantener si aspira a alcanzar el nivel futbolístico de los países más importantes de Sudamérica.
Tigres quedó a un paso de la gloria el año pasado:
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