En la Primera B del fútbol argentino, un delantero recibió un grosero codazo y sufrió una grave fractura de pómulo. Rápidamente fue traslado al hospital.

Mientras todavía se discute si fue con intención o no, el atacante de Deportivo Merlo, Federico Turienzo, todavía sufre las consecuencias del golpe en la cara que sufrió ante Defensores de Belgrano ayer.

“Fractura con hundimiento de pómulo”, se le diagnóstico a Turienzo.

El médico de su equipo explicó con qué se encontró cuando fue a atender al jugador de Merlo, dolorido en su pómulo derecho: “Cuando lo voy a atender, noto un hundimiento del arco cigomático, en la región inferior de la cabeza y superior de la cara. El dolor fue aumentando y comenzó con estado de mareo”.

Ante el traslado del delantero, y la lógica reglamentación de jugarse un cotejo de fútbol sí o sí con la presencia de una ambulancia, el comienzo de la segunda parte se demoró hasta una hora a la espera de la vuelta del vehículo.

En empate acabó el encuentro, pero el resultado fue lo menos relevante.

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