Es cierto que en el horizonte está la Copa Libertadores y la final de la Supercopa Argentina nada menos que ante Boca, los dos grandes objetivos para los que se armó el River 2018; pero también es una realidad que Marcelo Gallardo no quiere que sus jugadores lleguen a disputar esos compromisos habiéndose acostumbrado a perder en un torneo en el que, él mismo reconoció, tienen la sensación de que no juegan por nada.

La derrota 1-0 ante Lanús puso una vez más en evidencia la falta de reacción a la hora de reponerse del primer golpe del rival, síntoma que el entrenador ha detectado y espera poder curar: "Estamos tomando malas decisiones y confundiendo los caminos. Dimos un paso atrás de lo hecho ante Olimpo. Intentamos de entrada. Antes del gol estábamos metidos y después no tuvimos respuestas. Nos pasó algo similar que en el partido con Huracán. Necesitamos creer y no confundirnos. Nos tenemos que identificar con una idea de juego", expresó tras el encuentro.

Y por si alguno tuviera dudas del deseo de Gallardo de que su equipo reaccione en la Superliga, más allá de las copas por venir, su autocrítica fue contundente: "No tenemos excusas. Tuvimos buenos 25 minutos, pero no generamos muchas situaciones. Jugamos mal, hay que trabajar para jugar mucho mejor. No fue un partido digno y hay que laburar", remarcó.

El próximo compromiso de River por la Superliga será el 18 de febrero ante Godoy Cruz, uno de los animadores del torneo, en El Monumental, diez días antes de uno de los compromisos más esperados: el debut en la Libertadores 2018 como visitante de Flamengo de Brasil.