La de Miguel Ángel Russo con Boca es una historia de amor que comenzó hace mucho. Tras romperla toda en Vélez, allá por diciembre del 2006 se fue para reemplazar a La Volpe en el Xeneize. Llegaba con mucha expectativa depositada sobre él y no decepcionó: a nivel local estuvo siempre peleando en lo más alto, mientras que de su mano vinieron estrellas internacionales que serán por siempre recordadas. Con Juan Román Riquelme como bandera, ese equipo logró conquistar una Copa Libertadores con alto margen, sin dejar ninguna duda que eran los mejores de América.
5-0 fue el global de la final ante Gremio, y por poco coronan todo en un duelo épico ante Milan en el Mundial de Clubes, que terminó siendo derrota 2-4 para el conjunto de La Ribera. En ese 2007 también levantó una Copa Sudamericana. Su camino siguió, con grandes desafíos a nivel deportivo y personal también. Se alejó de la Bombonera pero con la promesa de regresar cuando más lo necesiten. Y así fue. Ameal ganó las elecciones como nuevo presidente de la institución a fines del año pasado y acto seguido, de la mano del último ’10’ que asumía como vicepresidente, volvió Miguel.
Con el objetivo claro de dejar atrás todo lo que sucedió en los últimos años, con varios cruces mano a mano contraRiver perdidos y derrotas duras que quedarán marcadas por siempre en la historia del club, Russo pisó fuerte de entrada: armó un equipo muy competitivo, les metió un nuevo chip en la cabeza a sus jugadores y consiguió un porcentaje de efectividad de locos: ganando sin parar logró bajar al eterno rival de la punta de la Superliga Argentina y en la última fecha de dicho torneo, arrebatarle el campeonato para establecer que regresó para seguir ampliando su vitrina.
¿Por qué este recorrido por su carrera como técnico? Hoy cumple años y todo el pueblo bostero está de fiesta. Son 64 y ojalá que se vengan muchos más para un tipo que esté en el banco de suplentes que esté, le hace bien al fútbol argentino y sudamericano. Desde las cuentas oficiales de Boca publicaron un video de casi un minuto que nos emocionó a todos, no solo a los que tienen el azul y oro corriendo por sus venas. Un hombre que supo pelearla con toda contra una enfermedad tan fuerte como es el cáncer, y le ganó con amor, como alguna vez declaró.
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Pasando por todas sus etapas dentro de la institución, las imágenes recopilan a la perfección los momentos más emocionantes que el protagonista vivió allí. Esperemos que pronto pueda volver a rodar la pelota, que el coronavirus desaparezca y vuelva la normalidad a nuestras vidas, no solo para poder disfrutar al equipo de Russo, sino a todos los del fútbol argentino. Mientras tanto, no queda otra que cumplir con la cuarentena obligatoria para cuidarnos a nosotros y al resto, y si toca festejar, que sea soplando las velitas desde el living de casa.
