Conmebol y UEFA construyeron una muy buena relación mediante sus respectivos presidentes, Alejandro Domínguez y Aleksander Čeferin. Eso de igual modo no significa que no vayan a competir hasta las últimas consecuencias por quedarse con la sede de la Copa del Mundo 2030, la cual la persiguen, por un lado, Argentina, Uruguay, Chile y Paraguay y, por el otro, España, Portugal y Marruecos (por lo menos son las dos propuestas que hasta entonces se presentaron como más sólidas).
El ofrecimiento sudamericano se basa puntualmente en el sentido histórico que no se puede soslayar al cumplirse los 100 años de la primera edición del certamen celebrado en Montevideo. Mientras que el ibérico-marroquí presenta claramente mejor infraestructura y reúne condiciones básicas como las conexiones entre las ciudades anfitrionas, modernidad y seguridad.
Sin embargo, lo sucedido últimamente con el presidente de la RFEF Luis Rubiales, quien quedó debilitado para mantener su cargo luego de las acusaciones que recibió a causa del beso que le propinó a Jennifer Hermoso en la entrega de medallas de la Copa del Mundo Femenina de Nueva Zelanda y Australia 2023, es un golpe que le juega en contra a la idea que comparte la UEFA con la CAF.
Es que Rubiales fue el principal promotor de ”España, Portugal y Marruecos 2030” desde el minuto cero. Por lo que todo este asunto, de mínima, no les suma para nada. Y al respecto, el que lanzó un comentario fue Ignacio Alonso, autoridad máxima de la Asociación Uruguaya de Fútbol, en el marco de una conferencia de prensa para la presentación del libro “El Poder del Fútbol”.
”Es una señal del destino que nos indica que el Mundial 2030 debe ser en Sudamérica”, expresó el directivo charrúa, que de esta manera brinda la primera reacción proveniente de Conmebol a raíz del escándalo que tiene al presidente de la Real Federación Española de Fútbol entre la espada y la pared.