Esta semana se reanudó la acción en la Copa de Brasil e iba a quedar definido el cruce para la final. Dos duelos estelares se llevaban a cabo y São Paulo y Corinthians abrieron la noche en el Estadio Morumbí.
En el encuentro de ida, el Timão había sacado una ventaja mínima como local. Aquella noche, Renato Augusto fue autor de un doblete, con el gol de la victoria a solo 10 minutos de final. El empate transitorio fue marcado por Cassio, de mala fortuna.
Decidido a dar vuelta la historia, São Paulo salió con todo al encuentro de vuelta y terminó con una sonrisa. Solamente debieron pasar 13 minutos para que el equipo local empatara la serie. De larguísima distancia, Wellington Rato se alejó de un defensor y la clavó en el ángulo del segundo palo para hacer delirar a sus hinchas.
Antes del entretiempo, Lucas Moura estiró la diferencia que terminaría siendo definitiva. El jugador que viene de Tottenham ensayó una pared con el propio Rato y la empujó de cabeza. El atacante se mostró emocionado por haber aportado el gol de la clasificación a la final en su retorno al club.
De esta manera, São Paulo jugará por el título en la Copa de Brasil, torneo que nunca pudo ganar. Su mejor actuación fue el subcampeonato del 2000 ante Cruzeiro, pero tendrá la posibilidad de volver a intentarlo este año ante el campeón defensor, Flamengo.