La natación estadounidense ha entrado en una gran polémica dentro de losJuegos Olímpicos de Tokio. Es que las declaraciones realizadas por el nadador Michael Andrew, al revelar que no se ha vacunado contra el COVID-19, ha desatado un fuerte debate donde algunos colegas suyos se han expresado en contra y otros lo han apoyado.
Según reveló este viernes el jefe médico del Comité Olímpico y Paralímpico de los Estados Unidos, unos 100 atletas de aquel país no se han vacunado contra el coronavirus. Pero, el único que ha revelado que no se ha inoculado es Michael Andrew, y esto ya ha dejado consecuencias y opiniones divididas.
“Mi motivo es que, en primer lugar, llegué a esto de último momento y no quería poner en mi cuerpo nada que no supiera cómo lo haría reaccionar (…)Como deportista en el nivel de elite, todo lo que hacemos es muy calculado e informado. Para mí, en el ciclo de entrenamiento, particularmente antes de los Preolímpicos, no quería arriesgarme a perder días. Hubo periodos en que alguien recibía una vacuna y tenía que descansar unos días. Nos sentimos bastante seguros y protegidos al saber que estamos reduciendo el riesgo al mínimo posible“, explicó Andrew, en recientes declaraciones.
A partir de estos dichos, llegó la opinión más crítica contra él de parte de su colega, la excampeona olímpica Maya DiRado, así como también otros nadadores estadounidenses. En un largo hilo de Twitter, la medallista de los Juegos de Río 2016 dijo sentirse “decepcionada“ por las palabras de Michael Andrew. “El hecho de que Michael tomara una decisión que genere siquiera un poco de riesgo sobre sus compañeros para privilegiar su propia percepción de bienestar es algo que me frustra“, expresó.
En contrapartida de las críticas de DiRado, algunos colegas lo han apoyado. Otro excampeón olímpico, Anthony Ervin, le respondió a Maya en Twitter, advirtiendo que Andrew tuvo COVID-19 en diciembre y, por lo tanto, “tiene una inmunidad natural“. En tanto, Tom Shields, compañero del nadador en la delegación estadounidense, apuntó contra DiRado. “¿Qué parte de esa responsabilidad involucra avergonzar a uno de nuestros olímpicos en la víspera de la competición?“, cuestionó.
Los organizadores de los Juegos Olímpicos de Tokio y el Comité Olímpico Internacional tomaron la decisión de no hacer obligatoria la vacunación de los deportistas que asisten a la competencia. En tanto, en Japón, sólo el 20 por ciento de la población está vacunada con todas las dosis.