El Real Madrid pasan un momento raro. Desde la destitución de Julen Lopetegui por malos resultados, el equipo Merengue parecía haber cambiado la cara y corregido su rumbo.

En las manos de Santiago Solariun nuevo clima comenzaba a surgir. Con victorias mientras se buscaba un nuevo estilo de juego, y menos malestar en el plantel.

El argentino fue confirmado como entrenador por lo menos hasta final de temporada, pero los resultados volvieron a ser inestables y más aún el nivel futbolístico del Merengue.

En el último partido de la fase de grupos de la ChampionsLeague, en el Santiago Bernabéu fue derrota por 3-0 ante el CSKA Moscú, y una guerra entre el públicoy los jugadores pareció quedar establecida, más allá del descontento general que ya era conocido.

Fue Isco el que se enfrentó cara a cara con su gente con un insulto muy fuerte y silbídos como respuesta.

Ante el Rayo Vallecano, en el cierre de temporada de LaLiga, la asistencia fue del 68%. Sí, un estadio lleno de huecos y mucho silencio.

Ahora, en los Emiratos Árabes, es una duda el nivel de apoyo que tendrán por parte de los hinchas europeos que decidan viajar.

A días del Mundial de Clubes, la competencia más importante a nivel de clubes que el Madrid quiere conquistar por tercera vez consecutiva, el partido más difícil parece estar afuera: volver a enamorar a su afición para reconstruir un vínculo clave en cualquier equipo.