Una hermosa historia se había contado en torno al Hamburgo: el único equipo en la historia de Alemania en no haber bajado a la segunda categoría de fútbol tenía en su estadio un reloj que contaba los años, meses, días, minutos y hasta segundos que el club supo mantenerse en el máximo nivel.

Luego de una mala temporada, llegó a la última fecha de la Bundesliga sin depender de si mismo y a pesar de lograr una victoria por 2-1 en su casa frente al Mönchengladbachlos otros resultados lo terminaron de condenar a por lo menos un año en la segunda división y el reloj volvió a cero.

El partido finalizó 15 minutos más tarde lo pactado ya que la hinchada se empezó a violentar y a tirar bengalas al campo de juego. Una vez que se pudo retomar el encuentro el árbitro realizó un pique simbólico y dio por finalizado el mismo. Entre las lágrimas de los jugadores, el humo empezó a surgir de las tribunas y los disturbios no tardaron en llegar.

Organizadas cadenas de policías, una atrás de otra, cumplieron la función de evitar que los inconvenientes lleguen al campo de juego, a pesar de que las tribunas ya se habían convertido en un infierno.

Como sucedió con River en Argentina unos años atrás, un histórico equipo tendrá que luchar desde abajo para volver al lugar donde siempre perteneció, un trabajo duro y sucio para llevar a cabo. En el mundo cada vez son menos los equipos que siguen cargando con la prestigiosa mochila de no haber descendido nunca de categoría, tal el caso de Boca Juniors que con orgullo chapea de ese logro histórico.

Pero tal vez esta historia deja la moraleja de que tarde o temprano, por más que puedas luchar y jugar dentro de la cancha, a todos en algún momentose les detiene el reloj.

+ La hinchada enloqueció con el descenso:

+ Los jugadores desconsolados:

+ La policía se enfrentó a un infierno: