La Copa del Mundo ya tiene a su primera finalista. Luego de más de 97 minutos de puro fútbol en Oceanía, España derrotó a Suecia y se consagró como la primera clasificada para la cita del domingo en Australia. 10 minutos infernales y un golazo de Olga definieron un duelo a base de golpes y donde hubo de todo en el final. La Roja sigue rescribiendo la historia.
Las jugadoras de Jorge Vilda llegaban tras un desempeño de menos a más en el certamen que tendría hoy su más dura prueba. En frente se encontraba Suecia, la altura de sus centrales y una potencia física que no se podía igualar desde el músculo. El fútbol de toque, de las transiciones rápidas y de la unión de todas las líneas, clave para buscar un sueño que ya es una realidad.
La primera parte estuvo marcada por dos equipos que midieron siempre sus acciones en pro del rival. Había tensión, mucho en juego y la mejor ocasión llegaba manos de un remate de Rolfo salvado in extremis por Coll. De milagro no se habría la cuenta en un Eden Park con sus tribunas a reventar. Quedaba lo mejor de una serie que estalló en los últimos 10 minutos del choque y donde la figura de Salma Paralluelo fue clave.
La Roja ya espera en Sídney
En el minuto 81 la jugadora del Barcelona cazaría un rebote que dejaba sin respuesta a Zećira Mušović. España festejaba por todo lo alto, se venia arriba y esperaba retrasada por una Suecia que empezaría a jugar más que nunca balones en largo. Solo 7 minutos más tarde, Rebecka Blomqvist igualaba la serie con otro gran remate y anticipación a la defensa de La Roja. Parecía que nos íbamos a la prórroga, pero llegó uno de los mejores tantos del certamen.
España sacaba sus córneres en corto al no poder competir con Suecia por arriba y fue ahí donde el nombre de Olga Carmona pasará a la inmortalidad. Gran remate de la lateral por izquierda desde la boca del área y para doblegar la resistencia de unas nórdicas que al minuto 89 se quedaban fuera del Mundial. Llegó el pitido final, La Roja estalló de alegría y ya esperan por rival para el 20 de agosto en Australia. Inglaterra o las locales, último paso a la gloria.