Ashleigh Barty tiene 25 años, es la actual número 1 del mundo y ayer sacudió al circuito del tenis. Anunció que está agotada y que por eso se retira, apenas dos meses después de conquistar el torneo más trascendente de su carrera: el Abierto de Australia. “Hoy es un día difícil y lleno de emociones para mí, ya que anuncio mi retiro del tenis. No estaba segura de cómo iba a compartir esta noticia con ustedes, así que le pedí una ayuda a mi buena amiga Casey Dellacqua. Estoy muy agradecida por todo lo que este deporte me ha dado y me voy sintiéndome orgullosa y realizada por todo lo logrado. Gracias a todos los que me han apoyado a lo largo del camino, siempre estaré agradecida por los grandes recuerdos que creamos juntos”, dijo Barty a través de un mensaje que difundió en sus redes sociales. Lo hizo acompañada por su compatriota y ex jugadora Casey Dellacqua.

“Es algo que he estado pensando durante mucho tiempo. No estaba muy segura de cómo iba a hacer esto, pero creo que muchas veces en mi vida, tanto en lo profesional como en lo personal, has estado allí para mí”, le dijo a Dellacqua que ofició de periodista y escucha para la australiana que nació 24 de abril de 1996. Barty sumó 15 títulos en single, 3 de ellos Grand Slam (Roland Garros 2019, Wimbledon 2021 y Australia 2022), y 12 en dobles. Y agregó: “Es la primera vez que lo digo en voz alta y la verdad es que es algo difícil de decir, pero estoy tan feliz y estoy tan preparada, y sé que en este momento, dentro de mi corazón, esto es lo correcto para mi persona. Haber ganado Wimbledon el año pasado me cambió mucho como persona y como atleta. Cuando trabajas tan duro toda tu vida por un objetivo... haber podido compartir eso con tanta gente fue increíble. Pero eso cambió también mi perspectiva. Siento que he dado absolutamente todo, todo lo que puedo. Estoy realizada, estoy feliz y sé cuánto hay que trabajar para sacar lo mejor de una misma”.

En el tenis, el caso anterior, el inmediato, refiere a la belga Justine Henin, quien en mayo de 2008 y tras 61 semanas seguidas como reina del tenis femenino, se retiró por primera vez. Luego de 18 meses volvió y se retiró de manera definitiva en enero de 2011, meses antes de que Barthy se quedara con Wimbledon junior, a la edad de 15 años. No es la primera vez que Barthy se aleja del tenis. Lo hizo entre 2014 y 2016, tiempo en el que se dedicó a jugar al cricket, en la Women’s Big Bash League, con las Brisbane Heat. “Sé que he hecho esto antes, pero esta vez es un sentimiento muy diferente. Y estoy muy agradecida con todo lo que el tenis me ha dado, me ha permitido cumplir todos mis sueños, pero sé que ahora es el momento de dar un paso al costado y perseguir otros sueños”, contó.

Ashleigh Barty, como jugadora de cricket (Getty)

En uno y otro caso, en el de Barthy y el de Henin, ambas sintieron prácticamente lo mismo: perdieron la motivación y las ganas de jugar. El caso de Barthy llega en un momento en el que la salud mental de los deportistas (y de cualquier persona) empezó a ponerse por encima de los resultados y las (supuestas) obligaciones que los presionan y los exprimen como si fueran naranjas descartables. El deporte, claro, en su máxima expresión es una trituradora que entró en una crisis existencial desde que Simone Biles echó por tierra todo en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 para preservar su salud mental y ponerla, como corresponde, por encima de un evento mundial que responde a voraces patrones globales de marketing que elevaron al deporte al status de una mercancía insaciable.

“Se lo dije a mi equipo varias veces. Siento que ya no tengo más dentro de mí. Ya no tengo el impulso físico, el deseo emocional y todo lo que se necesita para el desafío de estar en el más alto nivel y creo que sé que estoy absolutamente agotada. Solo sé que físicamente no tengo nada más que dar. He dado absolutamente todo lo que puedo a este hermoso deporte que es el tenis y estoy muy feliz. Y para mí, ese es mi éxito. Sé que es posible que la gente no lo entienda y eso también está bien”, sostuvo.

Barty, la australiana que logró quebrar una racha de 44 años sin ganadoras del Grand Slam de su país en 44 años, escaló por primera vez a lo más alto del ranking mundial femenino el 24 de junio de 2019. Logró ocupar el primer puesto durante 114 semanas consecutivas, la cuarta racha más larga en la historia del Tour detrás de Steffi Graf (186 semanas), Serena Williams (186) y Martina Navratilova (156). En total, Barty ocupó el puesto número 1 durante 121 semanas, y es la séptima jugadora con mayor cantidad de semanas al tope en la historia del tenis mundial.

Tras su retiro, el número 1 femenino podría ser para la polaca Iga Swiatek, campeona de Roland Garros en 2020, y que el pasado fin de semana accedió al puesto número 2 del ranking al obtener el título de Indian Wells. La verdad se sabrá en las próximas semanas, una vez que Barty deje de sumar puntos, al tiempo que se dedica a otras cosas. Acaso, aquellas que la acerquen a la felicidad, su felicidad.