Llegaba sin goles y con apenas unos entrenamiento encima luego de quedarse por fuera de las Eliminatorias. Duván Zapata era la principal carta de ataque en Atalanta para visitar a un Villarreal que fue una atentica pesadilla para el Cafetero. La ausencia de Muriel y la falta de ritmo en las piernas del caleño le convirtieron en una presa fácil para unos de los centrales más duros de la Champions.

El colombiano sabía que La Cerámica sería una exigente prueba. La doble línea de 4 del campeón de la Europa League llevaría al máximo a quien necesita empezar sumar alegrías pensando en Qatar 2022. Albiol y Pau Torres le volvieron loco y ni siquiera cuando su rival se quedó con 10, pudo ayudar a los suyos.

Se lo vio estático de arranque al cafetero. Lejos de mostrar esos movimientos y desmarques que le han convertido en un imán para sus compañeros, Duván quedó anclado, a lo mejor por el planteamiento de Gasperini, entre cuatro hombres que si bien no pueden igualarle en lo físico, le sacaban piernas por todos lados. Solo un fuera de juego en el 26 le dio la oportunidad de rematar con claridad.

Reflejo de un duro arranque de temporada

Ya en el segundo tiempo, Zapata intentó rebelarse ante lo que era una carnicería. Se enfrentó por derecha e izquierda con los centrales, bajó a pedir la pelota para ganar confianza y gritaba a sus compañeros que quería la pelota. Incluso pudo gritar lo que era el 1-2 de La Dea si su cabezazo tras un córner hubiese bajado un poco más antes de impactar en el travesaño de Rulli.

Atalanta perdió las piernas, así como el colombiano. Los italianos se muestran con la misma propuesta ofensiva que enamoró a Europa dos años atrás, pero sin esa energía necesaria para competir en Europa. A los 70 dejó el terreno y si bien los suyos empataron, le echaron en falta para esos 10 minutos donde el rival se quedó con 10 hombres y los centros llenaban el área. Duván y una noche de pesadilla en la Champions que refleja un duro arranque de temporada.