El fútbol moderno no puede entenderse sin la llegada de la tecnología a todos sus niveles. En tiempos donde se habla tanto de fueras de juego automáticos, drones, VAR o de simplemente chips para mejorar el rendimiento de los protagonistas, desde Bolavip quisimos conocer más a fondo sobre el impacto que tuvo, tiene y tendrá la Inteligencia Artificial en la práctica deportiva más popular del planeta. El futuro ya está aquí.
Este reportaje exclusivo de Bolavip buscará desengranar conceptos que escuchamos a diario pero pocas veces podemos explicar al pie de la letra. Big Data, IA (Inteligencia Artificial), herramientas digitales, scouting y direcciones deportivas se mezclan para poder vislumbrar con un poco más de claridad como revolucionó, revoluciona y cambiará para siempre la Inteligencia Artificial el deporte rey.
Gracias a los amigos de Olocip, empresa fundada por el exjugador del Real Madrid Esteban Granero, podremos entender de la mejor manera cuál será el futuro de una relación entre deporte y tecnología que cambiará para siempre cómo entendemos el fútbol de élite. Esto es todo lo que siempre quisiste preguntar sobre el impacto de la IA en el deporte rey.
Para todos los que no lo sepan, ¿Qué es Olocip?, empezamos preguntándole a Bárbara Ugidos, jefa de comunicación de la compañía: “Somos una empresa de Inteligencia Artificial relacionada al deporte y a otros sectores. Trabajamos en todas las áreas que sean susceptibles recoger y transcribir datos. Trabajamos no solo en el fútbol, sino también en disciplinas como el tenis o el básquet. Estamos trabajando con clubes, futbolistas y federaciones y agencias de representación.“
Conociendo ya mejor a quienes nos harán ver con claridad cómo la IA cambiará para siempre el mundo de los fichajes, de las lesiones e incluso la economía de los clubes, nos disponemos a conocer más sobre el momento donde como mínimo y por primera vez en España, dichas tecnologías llegaron al fútbol para quedarse. A diferencia de lo que muchos pudieron pensar, fue el colectivo de jugadores quienes marcaron el inicio de una revolución sin retorno.
“Nosotros empezamos en el 2015, cuando Esteban Granero se encontraba en la Real Sociedad. Él empezó a desarrollar esa idea de que había muchos datos en torno al fútbol que se quedaban un poco en el limbo, que no se les sacaba el provecho que tenían. Contactó con catedráticos en inteligencia artificial de la Universidad Politécnica de Madrid y empezaron a investigar cómo se podía crear la herramienta que tenemos hoy. El cambio ha sido enorme y está en constante evolución. Las posibilidades que hay son infinitas. Poco a poco los clubes van contratando más profesionales del mundo de los datos y eso da la oportunidad para que varias empresas entren en los clubes. Poco a poco irá mejorando el panorama”.
Big Data e Inteligencia Artificial
Teniendo en claro cómo empezó esta revolución, se hace clave comprender las diferencias entre los dos conceptos más relacionados a la materia en cuestión. Todos los escuchamos a diario, pero ¿Realmente podemos diferenciar su aportación al deporte?
“La diferencia que tiene utilizar Big Data o la Inteligencia Artificial, términos que vale la pena aclarar sus diferencias, es que el Big Data no son más que datos descriptivos del pasado (cantidad de tiros, pases, regates) y la IA es la única tecnología capaz de contextualizar esos datos y dar estimaciones a futuro. Al final lo que se pregunta hoy por hoy un director deportivo es como rendiría un jugador en su equipo y por eso nosotros utilizamos IA, la única tecnología capaz de contextualizar a un jugador en un nuevo entorno teniendo en cuenta variables como la posición, edad, liga o el entrenador”.
La reticencia hacía este tipo de sistemas también hace parte de su día a día. En un deporte donde el ojo humano era hasta hace no mucho el único filtro para encasillar a un jugador como bueno o malo, la tecnología no viene a terminar con el margen de error que existe en cada decisión de un director deportivo, sino más bien a disminuir este.
“La IA no es una bola de cristal, es una tecnología probabilística, no es determinista. Digo esto porque muchas veces cuando no se acierta al 100% llegan las críticas. La realidad es que el objetivo no es acertar al 100%, sino reducir la incertidumbre al máximo. Probablemente la respuesta que te de la IA se acercará mucho más a lo que va a pasar que si solo utilizamos datos del pasado. Lo tenemos comprobado. La IA es una tecnología que da estimaciones y que ayuda a reducir la incertidumbre. ¿Qué es mejor saber, nada o un 5%?. Es una herramienta más para ayudar a los profesionales del sector. Acelera el proceso”.
Así utilizan los clubes la IA
La Inteligencia Artificial encuentra en los directores deportivos a su mejor aliado. No es gratuito que gurús como Monchi utilicen en Sevilla este tipo de tecnologías para la creación de máquinas que permitan ahorrar tiempo y costos en el seguimiento de jugadores. Incluso, ya existen herramientas para que los clubes puedan incluso monitorear por medio de la IA a quienes desean ver en su banquillo.
“Por ejemplo, con el América de México hacemos seguimiento de jugadores, de su plantilla, evaluamos cómo están impactando en el equipo. Cada persona al final tiene su propia visión sobre el fútbol y sobre un partido. Todo esto ayuda a conocer el estado de forma de los rivales. Imagínate que el América quiere ir a comprar un jugador, ellos nos dan el perfil y nuestro sistema busca en los filtros que le insertamos a los jugadores que mejor rendirían en el contexto del América”.
“Tenemos igualmente una base de datos sobre entrenadores y la IA que analiza cómo se ha comportado este en su equipo. Así se mezclan los patrones para cambiar igualmente los filtros por si hay un cambio en el banquillo de un club con el que trabajamos. Tenemos un ADN sobre los entrenadores que nos permite adaptarnos a lo que ocurra”.
Pero, ¿Cómo se evalúa el rendimiento de un jugador por medio de una máquina que no contextualiza con el ojo humano cada acción del futbolista? ¿Cómo se define como positivo o negativo un movimiento para quien nunca se ha sentado en una grada? ¿Se puede cuantificar y cualificar de tan desgranada manera la actuación de un protagonista? Las respuestas, más cortas que el mismo interrogante.
“Tenemos 64 tipos de acciones diferentes donde evaluamos el contexto, lugar y resultado del encuentro para entender el valor de cada jugada realizada por un jugador. Es análisis de rendimiento puro. Nosotros ofrecemos tanto el Big Data como nuestro modelo de valoración IA. Evaluamos 77 competiciones hoy por hoy, lo que supone que los directores deportivos puedan tener muchos más jugadores en su radar. Trabajamos con un proveedor de datos que nos indica las coordenadas donde ha ocurrido cada acción, el minuto y el resultado del encuentro. Ya con todo esto, nuestra IA analiza las acciones y el impacto que estas tuvieron en cada contexto del encuentro. Así se evalúa hoy por hoy el impacto de un jugador y no solo la cantidad de sus números”.
Entre Tabúes y ‘golpismos’
Todo lo visto hasta aquí encantará al aficionado promedio, convencerá a quien quiere ver a su equipo en el mejor estado de forma posible y a quien busque los mejores fichajes para su club, pero dichas tareas realizadas hoy por la IA tenían antes solo a seres humanos detrás ellas. ¿Supone la llegada de la tecnología el adiós a decenas de puestos de trabajo y el final del ser humano como gran juez en la valoración de los jugadores?
Consultamos a Bárbara sobre la mirada de los clubes y jugadores ante un sistema que les dará un camino a seguir para la mejora inmediata de su rendimiento. En un deporte lleno de estrellas, divas y por encima de todo egos, también existen quienes ven a la llegada de la tecnología como un golpe directo a su forma de trabajar y de llegar al éxito.
“Al principio siempre va a haber un poco de reticencia o esa sensación de que ‘Se me viene a quitar el trabajo’, de que es una amenaza. Los términos de Big Data o Inteligencia artificial se encuentran muy contaminados. Leemos que va a terminar con muchos trabajos y no es así. Es cierto que algunos van a desaparecer, pero también nacerán otros muchos. Hay que tomarlo como ayuda para tomar mejores decisiones. La tecnología y el ser humano son más fuertes juntos. No creemos que la tecnología venga a sustituir al ser humano dentro del fútbol, la máquina no viene a dejar a los humanos por fuera, sino a trabajar juntos”.
Aclaramos párrafos atrás como eran los jugadores quienes lideraban una revolución que cambiará para siempre su figura en el deporte. Olocip asegura que a diferencia de lo que puede pensarse, son los protagonistas quienes más apuestan por este tipo de tecnologías de cara a mejorar su rendimiento y hoja de vida. La visión que se tiene sobre ellos, equivocada por momentos.
“Los más interesados en saber cómo rindieron, mejorar este y también ver la evolución de su valor son ellos. Por ejemplo, un jugador va a cambiar de club y quiere saber qué equipo o entrenador le irá mejor. Al final ellos son los más interesados. Tenemos a veces en la cabeza que los jugadores viven aislados sin tener en cuenta nuevas herramientas de trabajo como la IA pero no es así. Al final los primeros interesados, a veces más que los clubes, son los propios futbolistas.”.
Condenados a evolucionar
La tecnología y el deporte de élite han recorrido un largo camino hasta aquí para romper con una serie de tabúes que por momentos han impedido su llegada al profesionalismo, pero dichas barreras ya se encuentran derrumbadas y lo que queda por delante es un universo de posibilidades donde la IA se convertirá más en una obligación que en un capricho.
Jugadores, directores deportivos, clubes y aficionados ya disfrutan de una revolución silenciosa que desde el 2015 ha cambiado para siempre el papel de la tecnología en un deporte muchas veces visto como una burbuja. Queda mucho trabajo por delante, pero tal y como nos aseguran desde Olocip, el futuro ya está aquí y no esperará a nadie. El fútbol, condenado a evolucionar.
“Los clubes que no utilicen inteligencia artificial en su día a día se quedarán atrás. Todos lo van a utilizar tarde o temprano también para cuestiones económicas, de tiketing y de marca, de todo lo que envuelve un club. Quien no lo haga está condenado a quedarse por fuera”.