El derbi de Manchester causó una gran expectativa, pero la lógica predominó y tornó el partido en un trámite. Manchester City no tuvo problemas para vencer a su clásico Manchester United por 2-0 en Old Trafford por la jornada 11 de la Premier League. Los goles de Eric Bailly en contra y Bernardo Silva hicieron la diferencia en el marcador, aunque quedó corto con respecto al amplio dominio mostrado por los ‘citizens’.
Duelo ganado por Pep Guardiola en cuanto al manejo de partido, a la idea y a las ganas. Ole Gunnar Solskjaer podría ver su último partido como técnico de Manchester United en una actuación totalmente humillante. ¿Cristiano Ronaldo? Víctima de un equipo que no tuvo ideas, que no se motivó ante el clásico y que la actitud dejó mucho que desear.
El ahogo de Manchester City a Manchester United en el primer tiempo fue incesante. Si bien Maguire tuvo la primera ocasión con un cabezazo cerca del palo de Ederson, quien arremetió constantemente contra el arco rival fue el conjunto de Etihad. Al minuto 7, Bailly quiso cortar un centro de Cancelo y terminó batiendo a su propio compañero De Gea para el 1-0 visitante.
El primer tanto del partido no cambió el trámite. La idea de Guardiola fue asfixiar hasta el hartazgo al local para no dejar que la pelota le llegue arriba a Cristiano Ronaldo. Pese a ello, el portugués se creó sus propias situaciones. Dos remates de CR7 encontraron una buena respuesta de Ederson para evitar el empate. Fue lo único a destacar para los de Solskjaer, porque el dominio fue del ‘City’.
Y si el partido sólo tuvo un gol hasta la parte final fue por lo que hizo De Gea. Cuatro atajadas clave del guardameta español evitaron que los ‘citizens’ amplien el marcador. Sin embargo, en la última de esa primera parte, falló, aunque no fue el único. Una desatención insólita de Shaw, quien vio como Bernardo Silva le comió la espalda con tanta facilidad para definir ante una floja respuesta del exarquero de Atlético de Madrid, se convirtió en el segundo gol del partido en favor de Manchester City.
Gol de Bernardo Silva
Para la segunda parte, Bailly fue el sacrificado para el ingreso de Jadon Sancho, un fichaje que no ha tenido muchas oportunidades de titular. Minutos después, el que entró fue Marcus Rashford. Ninguno pudo realmente cambiar la historia del partido y hasta Cristiano se vio opacado. Manchester City fue inalcanzable.
Si algo caracteriza al equipo de Guardiola es que si tiene que tener el balón por largos minutos, lo va a hacer y es así como monopolizó el partido. El manejo del balón le permitió controlar la historia, con buenos destellos de Rodri y Gündogan, y haciendo de su idea de juego un verdadero fastidio para los jugadores y el público local.
No hay excusa para Manchester United, pero es la realidad que demuestra la continuidad de un Solskjaer, quien no le ha encontrado la vuelta. El noruego podría realmente ser destituido luego de una actuación totalmente decepcionante en este derbi. Fue un acompañante del ‘City’ en el derbi y nunca lo peleó.
El segundo tiempo careció de las chances de peligro que sí tuvo el primero, pero que se entiende por lo mostrado por un equipo y por otro. Manchester City controló, tuvo compasión de un débil Manchester United y cerró un triunfo que le permite seguir creciendo en la temporada. Ahora queda como escolta de Chelsea.